Cía. Minera Antapaccay cambió exitosamente las bobinas del estator de su molino SAG de la planta concentradora en menos de 23 días, un récord total para la empresa. Esta acción se realizó para mantener la confiabilidad operativa, garantizar la disponibilidad mecánica y asegurar los niveles de producción de concentrados, bajo los más elevados estándares de seguridad y la dirección de un equipo multidisciplinario.
Este hito de ingeniería se realizó entre el 3 al 26 de marzo en la denominada “parada mayor” de planta y se sacó adelante gracias a un plan específico de ocho etapas donde destacan el mantenimiento en la chancadora primaria, molino SAG, molino de bolas 1, molino de bolas 2, celda de flotación, filtro, entre otros.
El gerente sénior de Mantenimiento, Guillermo Freire, subrayó que este proyecto fue planificado con anticipación y ejecutado por profesionales de Antapaccay y especialistas extranjeros con mucha experiencia en este tipo de trabajos. Agregó que las pruebas salieron dentro de los parámetros esperados, incluyendo costos y cronograma planificado. Indicó que, en el precomisionamiento, también se hicieron todas las pruebas bajo normas y con ello aseguraron la confiabilidad del molino.
Carlos Cotera, gerente general de Antapaccay, destacó la solidez del equipo y la seguridad con la que llevaron adelante estos trabajos especializados que finalmente se reflejan en los índices de seguridad. “Desde Antapaccay entendemos que debemos estar preparados para enfrentar los desafíos futuros para mejorar nuestra productividad y desempeño de todo el negocio”, señaló.
El molino SAG tiene la función de refinar los minerales que luego servirán en el proceso de concentrado; en tanto, el estator es un sistema motriz, que opera de forma electromagnética, y hace posible el funcionamiento del molino dentro del proceso de chancado y molienda. Por lo tanto, es muy importante que el estator y todos sus elementos conexos estén disponibles y operativos en sus niveles más altos, para garantizar un mayor tiempo de producción para la operación.
Este trabajo de mantenimiento también significó la dinamización de la economía de Espinar, a través de la generación de 1,200 empleos temporales. A nivel de la provincia se alcanzó el 100% de la ocupabilidad de los hoteles y mayor demanda de servicios conexos como restaurantes, tiendas y demás.