La principal productora de cobre del mundo Codelco entregó sus resultados al tercer trimestre del año. En el período enero-septiembre, la compañía generó un ebitda (utilidades antes de impuestos, intereses y depreciación) de US$ 3.237 millones. Este desempeño estuvo afectado principalmente por una menor venta de cobre debido a la baja en la producción, mayores costos operacionales y gastos no operacionales.
La producción de estos primeros nueve meses alcanzó las 966 mil toneladas de cobre, con una caída de 9% (equivalentes a 96 mil toneladas menos) respecto a igual período del año pasado, debido al retraso en los proyectos estructurales y dificultades operacionales que están en vías de solución. La producción total, sumadas las coligadas El Abra y Anglo American Sur, alcanzó a 1 millón 39 mil toneladas.
Esta menor producción se debió, principalmente, a la caída en el tratamiento de minerales en El Teniente asociado a las intensas lluvias del primer semestre y el evento sísmico ocurrido en la mina subterránea en julio. A ello se suman las caídas en recuperación y leyes en Ministro Hales, debido a una mayor alimentación desde el stock; el menor tratamiento de mineral de Andina, por las detenciones y mantenciones correctivas de la planta concentradora, y la baja en Chuquicamata, por la reducción en la línea de sulfuros debido al agotamiento de mineral de la mina rajo.
La corporación inició un intenso plan para resolver temas operacionales que la han afectado en el último año: actualizó el modelo de operación de todos los yacimientos; está asegurando el desarrollo minero de DMH y la continuidad operativa del sistema de manejo de materiales, además ha realizado mantenciones mayores para recuperar activos, como la planta concentradora de Andina y la fundición de Chuquicamata. Por ello, si bien la producción enero-septiembre está por debajo de los tres primeros trimestres del año anterior, analizando únicamente el último trimestre se vislumbran algunas mejoras: la producción de cobre llegó a 333 mil toneladas entre julio y septiembre, una cifra 2,1% superior a la del mismo período de 2022.
En lo que va del año los costos directos (C1) se elevaron 29,9% respecto del período enero-septiembre de 2022, a 204,5 centavos de dólar la libra, por la menor producción de cobre y el uso de inventarios, mayores costos de operación, impactos en el incremento del IPC sobre remuneraciones y contratos en moneda nacional y la menor venta de subproductos. El costo neto a cátodo (C3), en tanto, se incrementó 31,4%, a 330 centavos de dólar la libra, por las mismas razones que el C1, a las que se suman el menor beneficio por la diferencia de cambio del período respecto al año anterior y los mayores gastos no operacionales.