Durante su participación en PERUMIN 36, Augusto Cauti, exviceministro de Minas, conjeturó que la construcción de nuevas represas permitirá captar las aguas que usualmente escapan hacia el mar y aprovecharlas para su uso en la industria minera, reduciendo así el consumo del recurso hídrico disponible a más de la mitad.
“Según la Autoridad Nacional del Agua, el sector minero emplea aproximadamente el 2% del agua fresca disponible en el Perú; sin embargo, con la construcción de represas para el almacenamiento y utilización de aguas que comúnmente se pierden en el mar, la demanda se acortaría al 1% o incluso menos, es decir, a más de la mitad”, infirió.
No obstante, sinceró que la construcción de represas es deber del Estado, siendo determinante la correcta planificación y ejecución del presupuesto público para el desarrollo de proyectos de infraestructura que sean compatibles con las reales necesidades de la sociedad, característica principal de la cual adolece el gobierno en sus tres niveles de representación.
“En mi gestión como viceministro de Minas, se transfirieron directamente S/ 44 mil millones a los gobiernos locales para cristalizar obras públicas como carreteras, colegios y centros médicos; pero, nos dimos con la extrañeza de que solo el 60% del presupuesto se gastó. Con la falta de recursos y oportunidades, no hay derecho a tener esa gestión”, lamentó.
Con relación a los elementos críticos para la transición energética, Augusto Cauti sostuvo que la declaración del litio como mineral estratégico nacional acarrearía consecuencias desfavorables, ya que puede generar sobre expectativas en los habitantes de las zonas de influencia, cuya insatisfacción podría motivarlos a detener el avance del proyecto minero.
“Lo que se debería hacer es declarar una actividad estratégica a la exploración, pues sin minería no hay transición a una actividad humana e industrial más sostenible y resiliente, lo cual últimamente viene impulsando la búsqueda de yacimientos de cobre, litio y níquel, recursos producidos por países de gran potencial como Perú, Chile y Argentina”, indicó.
El consultor en asuntos minero-energéticos resaltó que el Perú aventaja a otras jurisdicciones mineras de Latinoamérica en cuanto a la dinamización de su economía, pues el sector minero representa el 10% del PBI nacional, el 60% de las exportaciones totales, el 20% de la inversión privada extranjera y el 15% de la recaudación tributaria.
“Nuestra industria minera es líder en la aplicación de buenas prácticas como la recirculación de agua en los procesos, el reaprovechamiento de los relaves y el monitoreo de la calidad del aire, suelo y agua, siendo necesaria para solucionar los diferentes retos en el ámbito de la gestión del medioambiente y la atención de las brechas sociales”, señaló el abogado.