La minería ilegal es una de las principales actividades ilícitas que afecta al país, en 32 distritos ubicados en Loreto, Amazonas, Madre de Dios, San Martín y Huánuco. Estas prácticas no solo generan deforestación y contaminación de ríos, también fomentan economías informales que afecta la salud de comunidades vulnerables dañando gravemente a la Amazonía y otras áreas de alto valor ecológico.
Frente a este desafío, la implementación de iniciativas sociales y económicas emerge como una solución clave para mitigar sus efectos devastadores y promover un desarrollo sostenible. Estas actividades productivas ofrecen alternativas sostenibles y viables que no solo reducen la dependencia de las comunidades hacia esta actividad, sino que también contribuyen como fuente de ingresos y a su desarrollo integral.
En ese sentido, surgen cuatro grandes iniciativas que se desarrollan en las regiones de Madre de Dios, Cusco y Loreto.
El Fruto Dorado: Hace diez años, el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) era visto como una amenaza para los agricultores de la zona andina de la Reserva de Biosfera del Manu, ya que dañaba los cultivos de maíz. Al ser una especie vulnerable, era necesario encontrar una solución que promoviera la convivencia armoniosa entre humanos y naturaleza. En 2014, el Parque Nacional Manu y la Sociedad Zoológica de Frankfurt Perú (FZS Perú) implementaron la siembra de aguaymanto en las zonas donde el oso solía ir, ya que esta fruta no es consumida por el animal, tiene alto valor nutricional y es rentable.
Durante cuatro años, capacitaron a 60 familias en cultivo y comercialización, convirtiendo al aguaymanto en una fuente clave de ingresos para la comunidad. Además, la población comenzó a valorar la protección del oso andino, quien ahora es la imagen oficial de la reserva. Con el apoyo de FZS Perú, se mejoraron técnicas de riego, suelos y comercialización.
Hoy en día, el aguaymanto del Manu abastece una marca peruana de jugos y la comunidad trabaja en darle valor agregado para el comercio internacional, asegurando un mercado fijo para los productores.
Los Guardianes de la Castaña: Un grupo de comuneros de la asociación ASCART tuvo la visión de cosechar castañas, un fruto nutritivo y apreciado en la gastronomía, convirtiéndolo en una fuente sostenible de ingresos. ASCART, que impulsó la creación de la reserva de Tambopata, ahora maneja 25 concesiones de cosecha en el Parque Bahuaja Sonene y se ha convertido en un referente en la preservación de la biodiversidad, ya que la producción de castaña depende de la salud de los bosques.
Las familias de ASCART han prosperado gracias a este cultivo, que ha generado una cadena económica sostenible. “Nuestros productos cuentan con certificación orgánica, la marca Aliados por la Conservación, certificado de Clima Positivo, que confirma nuestra contribución al cuidado del planeta. Somos la única organización castañera en el mundo reconocida con esta distinción“, expresa Rosa Chávez, presidenta de la institución.
Las Hijas de la Yuca: Es una gran iniciativa nacida en la cuenca del río Ampiyacu, en las tierras de Boras y Huitotos que busca conquistar la cocina gourmet a través del tubérculo más usado en la alimentación amazónica, la yuca, que mediante un proceso de fermento obtienen el Ají Negro, una exótica salsa saborizante utilizada en la cocina indígena que ha tomado mucha importancia en la gastronomía fusión de Latinoamérica.
En las tierras loretanas se crea “Hijas de la Yuca”, una asociación de 15 emprendedoras que exploraron las variantes del picante que le da el toque final a diferentes delicias nativas, quienes ofrecieron a renombrados chefs como Miguel Tang Tuestca y Ghary Nogueira usar este ingrediente amazónico en sus creaciones. Las entusiastas mujeres actualmente siguen ofreciendo el picante derivado junto a la fariña y la tapioca, de uso más difundido.
Con esta iniciativa y la contribución del Instituto del Bien Común, el parque Yaguas y la Sociedad Zoológica de Frankfurt Perú (FZS Perú) con el apoyo de la Embajada Alemana han logrado tener mayores oportunidades, rentabilidad y el orgullo de compartir su cultura, que sigue demostrando al mundo su invalorable biodiversidad. “Invitamos a que se sumen a consumir el ají negro, que lo prueben. Es un producto natural y extraído de manera amigable con el bosque”, expresa Liz Chicaje, representante de la asociación.
Pasión Conservacionista al Rescate de la Papa Nativa: Irma Rojas Salcedo, educadora y conservacionista, ha liderado la recuperación y preservación de alrededor de 700 variedades de papas nativas en diversas zonas del Cusco, como Challabamba, Paucartambo, Colquepata, Huancarani y Caicay. A través de su agrupación de conservadores, ha logrado que las familias agricultoras continúen cultivando este tubérculo, algunas de ellas en riesgo de desaparecer.
“Queremos que las papas nativas no desaparezcan, ha sido una gran labor convencer a las familias de que continúen preservándolas”, comenta Rojas, quien junto a su hijo ha promovido este esfuerzo mostrando las papas nativas en el Museo de Paucartambo y en su hogar, con la esperanza de llevar estos productos a mercados más grandes.
Además de su trabajo en conservación, la lideresa ha sido una pieza clave en la actualización de la Reserva de Biosfera del Manu (RBM), proceso que se logró después de más de 40 años gracias a su arduo trabajo de socialización con la población. Con una destacada trayectoria como gobernadora de Challabamba y regidora, fue la primera presidenta del Comité de Coordinación de la RBM entre 2017 y 2018, y nuevamente en 2020. Actualmente, es una de las principales defensoras del medio ambiente en Cusco.