Durante el panel “Los riesgos macroeconómicos de desprendernos de los recursos naturales existentes en el Perú frente a la acelerada transición energética”, en el marco del evento PERÚ ENERGÍA 2025, destacados expertos coincidieron en que una transición energética efectiva en el país debe basarse en una estrategia nacional realista, aprovechando los recursos naturales disponibles —en especial el gas natural— como pilares del desarrollo económico y la estabilidad macrofiscal.
Arturo Vásquez, socio sénior y director de investigación de Gerens, advirtió que el Perú atraviesa un momento decisivo: “No estamos ante un escenario ordinario, sino en una coyuntura de quiebre estructural. Lo que decidamos ahora definirá nuestra matriz energética y base económica para los próximos 10 o 15 años”.
Vásquez llamó la atención sobre la escasa inversión en exploración de hidrocarburos: “En 2010 había más de 60 contratos de exploración. Hoy, con suerte, hay uno o dos. Y sin exploración ahora, no habrá reservas en el futuro. Cada pozo tiene una probabilidad de éxito menor al 5% y el proceso toma más de una década”.
Además, propuso que el Perú tome ejemplos exitosos como Noruega o Australia, que han sabido gestionar sus recursos naturales creando fondos soberanos que aseguran inversiones para futuras generaciones. También abogó por una “transición energética a la peruana”, basada en un modelo híbrido que aproveche el potencial solar y eólico, pero con respaldo térmico mediante gas natural, adaptado a la realidad nacional.
Elmer Cuba, socio de Macroconsult, advirtió que prescindir de los recursos naturales disponibles sería “un suicidio económico”, dado que ningún otro sector puede generar en tan corto tiempo los ingresos fiscales que hoy provienen del sector energético. “El gas natural ha sido un amortiguador clave para el tipo de cambio y una fuente segura de dólares. Además, ha reducido los costos de la electricidad, vital para sectores estratégicos como la minería”, sostuvo.
Según Cuba, el Perú no está explotando su condición de país gasífero de forma efectiva, debido a barreras burocráticas que frenan su desarrollo. “La industria del gas puede dejar entre 40% y 45% de utilidades antes de impuestos, pero falta decisión política para acelerar la exploración y puesta en valor de esos recursos”, subrayó.
Por su parte, Diego Macera, presidente del Instituto Peruano de Economía (IPE), destacó que el país aún cuenta con recursos como Camisea para aproximadamente 15 años, dependiendo de la demanda, pero advirtió que se ha reducido dramáticamente la inversión en exploración. “Estamos destinando menos de un décimo de lo que se invertía antes en encontrar nuevos yacimientos. Sin inversión hoy, no habrá gas mañana”, alertó.
Macera también remarcó que el desarrollo del sector minero-energético no solo genera ingresos directos, sino que impulsa cadenas de valor nacional a través de proveedores como los de la metalmecánica o servicios especializados. En ese sentido, llamó a eliminar la ineficiencia en la regulación sin comprometer la protección ambiental: “Debemos eliminar redundancias sin renunciar a estándares. Lo que frena la inversión no es la regulación en sí, sino la duplicidad de trámites y demoras excesivas”, afirmó.