El Campo Bretaña, ubicado en el Lote 95 (Loreto), ha producido ya más de 26 millones de barriles de crudo y proyecta cerrar el 2025 con una producción total de 7.5 millones. “En el primer trimestre, alcanzamos una producción promedio de 23,280 barriles diarios. Este éxito es el resultado de aplicar nuestros principios y valores, demostrando que el desarrollo energético en la Amazonía no es una amenaza, sino una oportunidad para el país”, afirmó Federico Seminario, vicepresidente de Operaciones de PetroTal, en el Perú Energía 2025.
PetroTal opera actualmente con 24 pozos perforados —20 de ellos horizontales— que utilizan tecnología avanzada para reducir la producción de agua, y cuenta con una planta de tratamiento con capacidad de 26 mil barriles de crudo por día.
La empresa inyecta actualmente 150 mil barriles de agua por día, cifra que espera elevar a 180 mil durante el año para aumentar la capacidad productiva.
Seminario subrayó que operar en una zona remota como Bretaña, accesible solo por aire o por río, representa un desafío logístico constante: “Transportar diariamente equipos, insumos y alimentos requiere de una planificación rigurosa y de un equipo humano comprometido y profesional”.
La petrolera busca expandirse hacia nuevos activos como el Lote 131 (cuenca Ucayali) y el Lote 107 (en dirección a Huánuco-Pasco), consolidando así su presencia en tres zonas clave para el desarrollo energético nacional.
El vicepresidente de PetroTal explicó que las reservas 2P (probadas y probables) en el Campo Bretaña se estiman en 138 millones de barriles, considerando los 26 millones ya producidos. Además, existen proyectos 3P (posibles) que podrían sumar hasta 200 millones de barriles adicionales.
Seminario alertó sobre los desafíos estructurales que enfrenta la industria petrolera peruana. “Hoy producimos apenas 40 mil barriles diarios, muy por debajo de los 190 mil que alcanzamos en décadas pasadas. La falta de infraestructura, el elevado costo de perforación y la sobrerregulación han limitado la inversión. Un pozo en la selva puede costar 50 millones de dólares, mientras que, en países como Colombia, el costo puede ser tres veces menor debido a una mayor competencia y presencia de servicios especializados”, resaltó.