Gracias a un aumento de 20% en la producción del segundo trimestre, las cuatro compañías de Antofagasta Minerals produjeron 284.700 toneladas de cobre fino en la primera mitad del año, similar a lo obtenido en los primeros seis meses de 2023. Este resultado se logró a pesar de menores leyes de cobre en los minerales que se procesan en Los Pelambres y Centinela, las dos principales operaciones del grupo.
“En el segundo trimestre del año, Minera Los Pelambres consiguió mayores volúmenes de procesamiento de mineral gracias al Proyecto Infraestructura Complementaria (INCO) recientemente finalizado. Para la segunda mitad del 2024 se espera, además, que su producción incluya parte del concentrado que acumuló como inventario debido a trabajos realizados en su sistema de transporte de concentrado durante el primer trimestre”, indicó Iván Arriagada, presidente Ejecutivo de Antofagasta Minerals.
En el caso de Minera Centinela, la producción “también reflejó menores recuperaciones, las que se vieron afectadas por niveles elevados de arcilla y finos de los minerales. Teniendo en cuenta lo anterior, esperamos que la producción de Antofagasta Minerals en todo el año se sitúe en el extremo inferior del rango previsto de 670-710.000 toneladas”, informó Iván Arriagada.
El ejecutivo destacó que el grupo mantiene el sólido desempeño en seguridad alcanzado en 2024, sin accidente fatales y con una baja tasa de accidentes graves. Además, recalcó el buen desarrollo de los proyectos de inversión: la construcción de Nueva Centinela está avanzando más rápido de lo esperado, mientras que en Los Pelambres ya se iniciaron las primeras obras para duplicar la capacidad de su planta desalinizadora a 800 litros por segundo y para construir un nuevo sistema de transporte de concentrado.
“A través de nuestra inversión constante a lo largo del ciclo de las materias primas, en Antofagasta Minerals hemos logrado crecer y contar con un portafolio de operaciones de alta calidad y larga duración. Las inversiones que estamos impulsando ahora agregarán crecimiento y seguridad a largo plazo para el futuro de nuestra producción, en un momento en que existe un reconocimiento claro y generalizado del papel fundamental del cobre en la transición energética”, concluyó Iván Arriagada.