Minera Spence presentó ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) chileno un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que busca extender la vida útil de su proceso hidrometalúrgico de lixiviación hasta 2039, año hasta el cual cuenta con el permiso ambiental para su proceso de producción de cátodos de cobre. La fase de construcción del proyecto está planificada para que se lleve a cabo en un plazo aproximado de 12 meses, comenzando en el año 2025.
El proyecto contempla una inversión de US$1.652 millones y permitirá proyectar la producción actual de Spence en aproximadamente 200.000 tpa de cobre fino en los próximos catorce años. Su desarrollo no interferirá con la continuidad de la faena, la que seguirá operando con normalidad durante la tramitación del permiso. El proyecto se denomina “Adecuación Operacional Spence”.
En cuanto al manejo de los ripios, se proyecta la reconfiguración del actual botadero de ripios (SRDC), y la implementación de dos nuevos botaderos de ripios. Se proyecta la habilitación de infraestructura complementaria de soporte o apoyo a la operación, tales como un nuevo sistema de termopaneles solares para calefacción de soluciones de la electro-obtención (EW), el cual permitirá reemplazar calderas diésel.
Minera Spence se dedica a la producción de cátodos de cobre por medio de una operación a cielo abierto en el municipio de Sierra Gorda, región de Antofagasta, en el norte de Chile. Sus cátodos de cobre de alta pureza se obtienen tras un proceso que incluye lixiviación bacterial, extracción por solventes y electro-obtención, y se exportan principalmente a China, Italia y EE.UU.