Cada vez vemos más proyectos de economía circular, de innovación ambiental y de participación comunitaria están presentes en la industria minera formal y en el ámbito social, hay palpables avances en inclusión laboral y en programas de desarrollo local. “El desafío es comunicar mejor estos avances y demostrar que una minería moderna es compatible con sostenibilidad y bienestar”, reseña Domingo Drago, presidente de Rumbo a PERUMIN. La minería, para este ejecutivo minero, es el sector de sectores del país y el actor clave para el desarrollo. En Arequipa, asevera, ha podido ser testigo de que gracias al canon y las regalías “se han financiado carreteras, hospitales y programas sociales”. Rumbo a PERUMIN surgió en medio de la pandemia, precisamente para tender puentes. Que nadie los derrumbe.
¿Cuál es su diagnóstico del estado actual de la minería en el Perú, especialmente en términos de inversión y competitividad frente a otros países de la región?
La minería peruana tiene un potencial inmenso, somos un país minero. Tenemos posiciones privilegiadas en los rankings globales de producción minera y recursos, pero al mismo tiempo el país está atravesando un momento complejo a nivel de inversiones. En exploración, por ejemplo, hace poco más de una década superábamos los US$ 900 millones al año; hoy apenas rondamos los US$ 500 millones. Esto nos plantea un desafío frente a países vecinos como Chile, México o incluso Argentina, que avanzan con mayor agilidad en el desarrollo de proyectos nuevos.
Por otro lado, tenemos 67 proyectos mineros en cartera por más de US$ 64 mil millones, pero muchos llevan años paralizados tanto por aspectos burocráticos como por discrepancias sociales. Nuestro país cuenta con los recursos, pero necesitamos recuperar competitividad y confianza para transformar ese potencial en desarrollo real. Tenemos minería y recursos suficientes para brindar bienestar a la población en las próximas décadas. Aprovechémoslos poniendo en valor nuestros recursos minerales.
El sector minero ha enfrentado conflictos sociales recurrentes. ¿Qué papel juega Rumbo a PERUMIN en fomentar el diálogo entre empresas, comunidades y el Estado para prevenir estos conflictos?
Rumbo a PERUMIN surgió en medio de la pandemia, precisamente para tender puentes y generar muchos espacios de intercambio de información y conocimiento. Lo que buscamos es anticipar los problemas, generar oportunidades de conversación transparente con la ciudadanía y visibilizar cómo la minería formal es capaz de transformar los recursos en bienestar.
En Arequipa, recientemente, hemos visibilizado que gracias al canon y las regalías se han financiado carreteras, hospitales y programas sociales. Nuestro rol es acercar la minería a los peruanos y escuchar sus preocupaciones. Un diálogo temprano es la… Sigue leyendo gratuitamente esta nota en nuestra edición especial por el PERUMIN 37 aquí.