Jose Carlos De Piérola, gerente general de ERM para Perú, sostuvo que, en el país, el cortoplacismo es una de las barreras que impide una mirada integral del aporte que brinda la gestión social a las comunidades y grupos de interés que están inmersos en los proyectos de inversión e infraestructura. Aunque reconoció que esta situación está variando, al señalar que algunos protagonistas están desarrollando una mirada de largo plazo a fin de dar predictibilidad y consecuentemente estabilidad a las inversiones en general, lo que significa una evolución muy positiva.
Indicó que cuando un proyecto extractivo lleva a cabo su plan de gestión social también debe priorizar la gestión del agua. El especialista señaló que ambos conceptos forman parte y deben estar integrados dentro del proceso productivo y a lo largo del ciclo de vida del proyecto. “Se tiene que tener conciencia que ambos aspectos no pueden estar separados, sino integrados. Eso implica que los operadores, empresas, consultores y los gestores públicos consideren la gestión social y la gestión del agua como elementos necesarios no excluyentes y transversales”, refirió.
Agregó que parte importante del desarrollo y éxito de un proyecto es contar con información adecuada, especialmente en las zonas que carecen del recurso agua, pues, según el ejecutivo, esto ayudaría a lograr consensos y entendimientos de cómo se deberá desarrollar el proyecto, ante posibles impactos o riesgos que existan en el entorno del mismo.
“Esa apertura de información y la posibilidad de hacer comprender a los demás este tipo de riesgos, ayuda a generar consensos informados y tener una predictibilidad en la inversión, y eso es lo que se busca”, opinó. Señaló que el gobierno tiene un rol clave en llegar a entendimientos y lograr la comprensión de cómo se puede avanzar en el entorno, bajo un análisis de cuenca y también de territorio a efecto de ver cómo se trabaja esos puntos de manera conjunta.
El gerente general de ERM, quien estará presente como expositor en Water Week 2024 este próximo 20 de marzo en la UNALM, indicó que deberá tenerse una mirada integral del territorio utilizando data consistente para luego sentar a todos los actores del territorio para entender esta información, y a partir de eso gestionar un plan de trabajo acorde con las necesidades que se van a tener. “Eso podría contribuir a prevenir y/o gestionar conflictos sociales vinculados al agua y convertirlos en oportunidades de desarrollo para la gente en las diferentes actividades presentes en la cuenca. El agua y los recursos hídricos son un factor determinante de todos estos procesos porque si no tienes agua suficiente y oportuna ninguna actividad económica se puede desarrollar”, subrayó.
El Water Week Perú 2024 se llevará a cabo en las instalaciones de la Universidad Nacional Agraria La Molina, del 18 al 20 de marzo del presente año.