El director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, Miguel Cardozo, consideró necesario acelerar el desarrollo de los proyectos mineros brownfield para mitigar los efectos de la recesión económica, la cual explicó que es producida por la falta de política públicas orientadas a mejorar la inversión pública y dinamizar la producción nacional.
“Se estima que en el Perú existen proyectos brownfield por más de US$ 12,000 millones. Estos tienen un efecto importante de largo plazo e incluso en muchas ocasiones permiten incrementos en la producción. Y la ventaja es que pueden ser evaluados rápidamente, porque están en una huella ambiental conocida y ya se conocen los parámetros con los que operarán”, indicó.
No obstante, refirió que los principales escollos para procurar la puesta en marcha de los proyectos brownfield en los plazos establecidos son las demoras en la aprobación de permisos, la excesiva y complicada regulación y la alta inoperancia de la burocracia, lo que podría continuar aplazando la ejecución de las inversiones comprometidas en estas iniciativas mineras.
“El gobierno debe cambiar su forma de enfrentar el asunto de los permisos, porque yo no veo la razón para que un proyecto brownfield, tan conocido durante décadas a veces, tenga que demorarse cuatro o cinco años en salir adelante. Este debería concretarse en máximo un año y medio, si la empresa presenta toda la documentación para su construcción”, aseveró.
Mayores recursos económicos
Además, Miguel Cardozo señaló que el arranque de los proyectos brownfield puede contribuir con el aumento de las transferencias económicas para las regiones, lo que permitirá contar con mayores recursos para financiar obras sociales para el beneficio de las áreas de influencia, reactivar la economía de las comunidades y así evitar la generación de conflictos sociales.
“Definitivamente, debemos apresurar la cristalización de los proyectos brownfields, pues tienen la ventaja de alargar la vida de los yacimientos generadores de riqueza para nuestro país, convirtiéndose en una oportunidad factible para recuperar el crecimiento económico nacional y hacer que el PBI de los departamentos continúe creciendo”, dijo el director del IIMP.
Por último, recordó que el sector minero tiene un compromiso que asumió en la última edición de PERUMIN, por el cual se manifiesta su posición a contribuir con el cierre de brechas y la generación de proyectos de inversión en las regiones, toda vez que procure llevar bienestar y progreso y reactivar las economías de las regiones donde la minería está activa.
“Este compromiso no está vinculado con la desaceleración económica ni con cómo la manejan, pero sí tendrá un impacto. Además, la recesión debería ser de muy corto plazo, pero si el Gobierno y el Congreso no están dispuestos a colaborar conjuntamente para realizar las mejoras, este fenómeno podría tomar varios años incluso después del 2026”, advirtió el ejecutivo.