En una operación minera a tajo abierto, los taludes no son solo parte de la excavación minera, son, en realidad, un activo estratégico que determina la seguridad, la rentabilidad y la sostenibilidad de toda la operación. Su adecuada gestión define con claridad si una mina avanza de manera eficiente, controlada y con visión de largo plazo o, por el contrario, se expone a riesgos que pueden comprometer su viabilidad técnica y económica. La estabilidad de los taludes es, por tanto, un elemento esencial para garantizar la continuidad operacional, proteger la infraestructura crítica, preservar la integridad del personal y equipos y evitar impactos ambientales que puedan tener consecuencias irreversibles. Esta centralidad cobra aún más fuerza si consideramos que la minería a cielo abierto es una actividad esencial para la economía global contemporánea.
Según el Consejo Internacional de Minería y Metales, la minería a tajo abierto produce cerca del 70% del cobre y el 80% del oro del mundo… Puedes seguir leyendo esta columna en la edición 123 de la revista Energiminas.