Un estudio realizado por el IPE, en alianza con el IIMP evidencia los plazos reales de la puesta en marcha de las minas más relevantes en el país, en un contexto de mayor complejidad regulatoria y expansión de la minería ilegal. La cantidad de descubrimientos mineros en el mundo se ha reducido drásticamente. Además, estos tienen una menor probabilidad de entrar en operación y el proceso para lograrlo es también más lento: hasta hace 50 años, el 20% de los proyectos entraba en operación luego de 10 años de su descubrimiento; hoy, apenas lo hace el 3%. En Perú, los proyectos mineros tardan 40 años, en promedio, y va en aumento. En el caso del cobre, este promedio alcanza los 62 años. A pesar de todo esto, empresarias como Jimena Sologuren, presidenta del PERUMIN 37, siguen empujando la nación y la industria. La minería formal, en el Perú, es una nueva forma de optimismo.
¿Cuál considera que es el principal reto que enfrenta actualmente la minería en el Perú y cómo espera que PERUMIN 37 contribuya a superarlo?
Creo que tenemos dos grandes retos. Uno es el tiempo excesivo que demora poner un proyecto en operación debido al retraso de los permisos. El segundo, sin duda, es la minería ilegal que invade operaciones mineras o concesiones de terceros obstaculizando el desarrollo de la actividad. En este grupo de mineros ilegales tenemos que incluir a aquellos que tienen REINFO vigentes y que operan invadiendo a terceros amparados en el mismo. Además, estos grupos de invasores avanzan con métodos violentos y mecanismos que dañan al país.
Creemos que es inviable seguir ampliando algo que no funciona. Por ello, desde PERUMIN 37, apostamos por una agenda técnica que impulse una ley para la pequeña minería y minería artesanal responsable, que incluya trazabilidad, financiamiento y seguridad jurídica. El objetivo es dar condiciones para la formalización real y combatir frontalmente la ilegalidad.
Desde su perspectiva, ¿cómo ha evolucionado la percepción de la sociedad peruana respecto a la minería en los últimos años?
Conversando con jóvenes y viendo los proyectos presentados en nuestro Premio Nacional de Minería Escolar, puedo decir que los peruanos estamos empezando a sentirnos orgullosos de nuestros recursos minerales. Sin embargo, aún tenemos que trabajar en que los tributos de la industria se conviertan en beneficios concretos para la población a través de un gasto público efectivo y eficiente para que los peruanos sintamos el beneficio de nuestra minería.
Por otro lado, la industria es fiscalizada en temas ambientales lo que nos motiva a estar a la vanguardia en el uso eficiente de nuestros recursos y compartir esta información con los actores interesados. Esto ayuda a seguir construyendo confianza. Además, continuamos apostando por generar… Sigue leyendo gratuitamente esta nota en nuestra edición especial por el PERUMIN 37 aquí.