El Perú ha contado con un marco tributario competitivo que ha permitido atraer inversiones. Una de esas importantes compañías que ha decidido creer en el país es la multinacional Glencore. “En Glencore trabajamos bajo estándares de clase mundial en sostenibilidad, y creemos que el marco regulatorio debe acompañar este esfuerzo, promoviendo innovación, energías limpias y seguridad jurídica”, sintetiza Luis Rivera, director de Operaciones para Sudamérica de Glencore Cobre. La gigante de las materias primas trabaja con comunidades de Cusco bajo un modelo de relacionamiento permanente. “Apostamos por construir consensos, porque estamos convencidos de que solo así lograremos convertir proyectos como Coroccohuayco en auténticas plataformas de desarrollo inclusivo”, remacha Rivera.
¿Cómo evalúa el desempeño actual del sector minero en el Perú en términos de producción, inversión y competitividad frente a otros países de la región?
El Perú mantiene un liderazgo en la producción de cobre y otros minerales estratégicos, lo que lo convierte en un actor clave a nivel global. Frente a la región, su riqueza geológica lo coloca en una posición privilegiada. Desde Glencore tenemos el 100% de propiedad de Antapaccay y participamos con el 33.75% de la propiedad de Antamina, uno de los mayores complejos mineros del mundo. Ambas operaciones reflejan nuestra apuesta firme por el Perú y nuestro compromiso con una minería responsable, innovadora y sostenible. Estamos convencidos de que el país seguirá siendo un socio estratégico en la transición energética global.
¿Qué factores están limitando actualmente el crecimiento o la expansión de nuevos proyectos mineros en el país?
Uno de los principales desafíos es la tramitología, que en ocasiones retrasa proyectos importantes. También influye la necesidad de fortalecer la confianza entre Estado, comunidades y empresas. A ello se suma la expansión de la minería ilegal y de economías criminales asociadas, que generan impactos ambientales y sociales muy graves, además de restar competitividad al país frente a otros destinos mineros. Superar estas limitaciones requiere un marco normativo ágil, reglas claras y un combate decidido a la ilegalidad, junto con un diálogo constructivo que dé confianza a todos los actores. Desde Glencore, confiamos en que proyectos como Coroccohuayco, que buscamos desarrollar en Cusco como una extensión natural de Antapaccay, sigan contribuyendo significativamente al… Sigue leyendo gratuitamente esta entrevista en nuestra edición especial por el PERUMIN 37 aquí.