Las mineras peruanas ya se preparan para un eventual cambio de destino de sus ventas ante la amenaza de nuevos aranceles que podría imponer el gobierno de Donald Trump a los metales. Washington López, analista financiero y experto en precio de metales, advirtió que las compañías están evaluando redirigir hasta 15% de sus exportaciones hacia Asia, principalmente a China e India, para reducir su exposición al mercado estadounidense.
“Si EE.UU. aplica aranceles de entre 10% y 15%, el cobre peruano perderá competitividad frente a Chile y Canadá. En ese escenario, Asia es la ruta natural para sostener el flujo de exportaciones”, señaló López.
El cobre, el oro y el zinc serían los más afectados por estas tarifas. Solo el cobre representa alrededor de 35% de las exportaciones mineras peruanas, con envíos superiores a US$ 20,000 millones anuales. “Podríamos ver una caída de entre 20% y 25% en los envíos a Estados Unidos, lo que equivale a una pérdida de hasta USD 750 millones por año”, agregó el especialista.
La incertidumbre también golpea los planes de inversión. Proyectos de expansión como Toromocho y Quellaveco, que suman más de US$ 1,500 millones cada uno, podrían postergarse entre 12 y 24 meses, mientras las compañías esperan un panorama comercial más estable. “Las empresas están revaluando sus retornos; un ROI que antes era de 15% podría caer a rangos de 8% a 10% si la guerra comercial se intensifica”, advirtió López.
Otro efectos por aranceles
Como respuesta, las mineras están diversificando mercados y asegurando contratos de largo plazo con Corea del Sur y Japón, incluso aceptando menores márgenes para garantizar estabilidad. “Estamos viendo una aceleración de joint ventures y contratos con países sin conflicto arancelario. Asia y Europa son los destinos que más crecen en este contexto”, afirmó el experto.
Pese a la coyuntura, López considera que el Perú sigue siendo uno de los destinos mineros más atractivos del mundo, gracias a sus reservas de clase mundial y posición estratégica para abastecer a Asia y Europa. “La crisis es también una oportunidad para invertir en fundición local y fortalecer la cadena de valor. Quien invierta en Perú hoy apuesta por un sector clave para la economía global”, concluyó López.