La disposición ejecutiva se enmarca como un logro de la sociedad civil organizada. No obstante, especialistas en materia ambiental advierten que norma no aplicaría para la reciente concesión minera otorgada por Ingemmet para seguir explotando el ecosistema.
La cuenca del río Nanay, principal fuente de agua de Iquitos, ha quedado libre de la actividad minera formal. Así lo dispone el Decreto Supremo Nº 030-2023-EM, el cual suspende la admisión de petitorios mineros o concesiones mineras en el área, ubicada el distrito de Alto Nanay, provincia de Maynas, departamento de Loreto.
El anuncio fue dado de manera previa por Jorge Enrique Soto, director general de Minería del Ministerio de Energía y Minas (Minem) durante una audiencia descentralizada de la Comisión de Pueblos del Congreso de la República, el 24 de noviembre, en Iquitos.
La disposición ejecutiva se enmarca como un logro de la sociedad civil organizada, ya que esta se da en el contexto de las multitudinarias movilizaciones ciudadanas, pedidos de organizaciones y autoridades locales que exigen la protección del Nanay frente al avance de la minería y otras actividades contaminantes.
Esto debido a que el río abastece de agua a más de medio millón de personas, además de significar una fuente esencial en recursos naturales.
Población rechaza concesión minera otorgada por Ingemmet
En el marco de la publicación del decreto supremo, —establecido por un plazo de 12 meses—, aún no cesa la preocupación frente a la concesión minera, denominada Raíces Gaddaffy, otorgada el 21 de agosto por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) a nombre de Ricardo Moreno Valderrama, para operar en parte de la cuenca del mencionado río.
Pues, de acuerdo a Joseph Díaz, especialista legal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), la norma no tendría efecto sobre la concesión ya entregada.
“Ninguna ley es retroactiva, por lo que esta norma no tendría efecto sobre la concesión ya otorgada. La única forma de que la concesión Raíces Gaddaffy se anule es mediante la acción de amparo presentada por [el exfiscal especializado en medio ambiente] Yusen Caraza, por la vía judicial, o por la queja administrativa presentada por la Municipalidad Provincial de Maynas”, explicó Díaz para Actualidad Ambiental.
En esa misma línea, el defensor ambiental y presidente del Comité de Defensa del Agua de Iquitos, José Manuyama, declaró para el mismo portal que: “Si dejamos que esta actividad se instale, como está sucediendo ahora el Nanay, [el río] está condenado a desaparecer, y condenados también nosotros. Más de medio millón de personas que estamos en Iquitos, también estamos condenados a desaparecer. Y como se ha podido ver en imágenes, el Nanay ya se ve como el nuevo Madre de Dios”.
¿Por qué la cuenca del río Nanay es tan importante?
Este río atraviesa la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana —un área natural protegida a minutos de Iquitos— y el Área de Conservación Regional Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira, que protege las cabeceras de cuenca del Nanay. Ambos lugares albergan numerosas especies de flora y fauna endémicas con distribución restringida, así como ecosistemas frágiles.
Sin embargo, a pesar de su valor biológico, según un informe del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina (Maap), en la cuenca se ha registrado, solo entre el año pasado y 2023, unas 122 infraestructuras mineras.
Asimismo, existen otros ríos afectados, que pertenecen a la Amazonía norte, como son: Cotuhe, Curaray, Marañón, Mazán, Napo, Patayacu, Pintuyacu, Putumayo, Tigre y Yaguas. En estos se ha detectado la presencia de minería ilegal y se ha logrado detectar cerca de 280 infraestructuras mineras, entre dragas y otras embarcaciones utilizadas para realizar esta actividad.