“Los estudiantes de carreras de ingeniería deben apuntar a ser ingenieros digitales al 2030, ya que hoy se demanda personal capacitado en la comprensión y sistematización de algoritmos y variables para el posterior manejo de soluciones de automatización, conectividad y robótica”, afirmó Carmen Matos, profesora de investigación de la Universidad Nacional de Ingeniería.
En el Jueves Minero del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, aclaró que no necesariamente debe entenderse al ingeniero digital como un ingeniero de sistemas, sino como un talento capaz de aprender, interactuar y familiarizarse con las nuevas tecnologías existentes y aplicarlas a su área de trabajo para optimizar procedimientos y obtener resultados de mayor calidad.
“Por ejemplo, yo no sé sobre programación, pero entiendo aspectos básicos de ella y hoy formo parte de un grupo de investigación que se dedica a crear robots aptos para realizar funciones de cualquier trabajador. Entonces, el ser ingenieros digitales no contradice nuestra vocación, sino que es un complemento que nos ayuda a resolver desafíos de manera holística”, aseveró.
En ese sentido, la coordinadora de Escuela de Minas de la UNI puntualizó que la formación de los futuros ingenieros debería centrarse en un plan curricular estándar aplicado a cualquier departamento del país y que consista primero en la enseñanza de las ciencias básicas, luego en la absorción de las nuevas tecnologías y finalmente en la especialización profesional.
“Las ciencias nos dan la lógica de solucionar problemas, las tecnologías nos facilitan las labores y la especialización nos conmina a unir ambas para transformar el modo de hacer las cosas de nuestro espacio de trabajo, con el objetivo de conseguir rendimientos superlativos que generen beneficios a toda la organización dentro de los plazos que se nos otorguen”, explayó.
Ingenieros deben mejorar comunicación oral y escrita
Sin embargo, Carmen Matos reconoció que, aunque parezca difícil de creerlo, quizá una de las pocas flaquezas de los jóvenes ingenieros, y quizá también de algunos experimentados, es el desconocimiento de las normas de ortografía y gramática, el cual se refleja en el bajo nivel de redacción de informes de carácter académico o incluso de las mismas tesis de licenciatura.
“De acuerdo con lo que he podido observar en mi etapa de docente, buena parte de los estudiantes de ingenierías presentan inconvenientes en la comunicación verbal de sus proyectos y en la comunicación escrita de informes sustentatorios, por lo que es necesario que también debamos prestar atención a estas falencias y convertirlas en nuestras habilidades”, indicó.
Proliferación desmedida de escuelas de minas sin calidad
Finalmente, con base en una encuesta propia, la profesora de investigación de la UNI precisó que existían 42 escuelas de minas activas en Perú hasta el 2018, las cuales fueron incrementándose antes de aquel año debido a los altos precios de los minerales, factor que supuestamente aceleraría la ejecución de los proyectos mineros y, por tanto, elevaría la oferta laboral.
“Considero que las universidades tuvieron una lectura equivocada acerca de los precios de los minerales y su relación con la demanda de talentos. El hecho de que proliferen tantas escuelas de minas sin que se garantice su debida calidad solo contribuirá a generar más profesionales desempleados y sin el perfil adecuado que se requiere en la industria minera”, criticó.