Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), en su más reciente ‘Termómetro económico’, en su edición de junio, los últimos indicadores de actividad económica muestran que, luego del impacto de las protestas, persiste un panorama negativo para la inversión privada y el consumo de los hogares.
“En marzo, la economía nacional se expandió ligeramente, registrando un crecimiento de apenas 0.2%. Este avance se debió, principalmente, al avance de la minería, que logró contrarrestar el retroceso de la construcción”, dijo la organización.
Hacia abril, la producción minera creció 20.9%, impulsada por la recuperación de la actividad de Cuajone y Las Bambas, que estuvieron paralizadas en abril del 2022, así como por la consolidación de las operaciones de Quellaveco. Este escenario generó un importante incremento de los volúmenes de cobre (+31.4%) y zinc (+31.4%).
Por otro lado, el despacho local de cemento se contrajo 16.6% en abril, anotado así su mayor caída en el año. Este retroceso anticipa que la inversión privada continuará contrayéndose más allá del primer trimestre del 2023.
“Esto se suma a un escenario de persistente deterioro de la confianza empresarial. Pese a que las expectativas de la economía a tres meses han mostrado ligeras mejoras en los últimos meses, este indicador ya acumula 26 meses en terreno pesimista”, añadió el IPE.
Respecto al mercado laboral, en el trimestre febrero-abril del 2023, el empleo adecuado en Lima Metropolitana aumentó 8.4%, con lo que su ritmo de crecimiento continúa desacelerándose. En consecuencia, la recuperación del número de empleos adecuados se ha alejado de sus niveles prepandemia al ubicarse 4.3% por debajo de lo registrado en el 2019.
Por su lado, la demanda de electricidad creció 6.1% en mayo, un ritmo menor al de abril (8.4%). Esta desaceleración se debió al menor consumo de electricidad de aquellas unidades no mineras. En efecto, si no se considerara el aporte de la actividad de Quellaveco, la demanda de electricidad se habría incrementado solo 4.6%.
La inversión pública se desaceleró en mayo al registrar un avance de 2.2%, en términos reales. Este crecimiento se explicó por el mayor gasto del Gobierno Nacional (47.2%), que contrarrestó la caída de la inversión de los gobiernos subnacionales (-28.3%).