Germán Arce, presidente del Capítulo de Ingeniería de Minas, afirmó que el nacimiento de un proyecto minero produce valor agregado desde la construcción de la carretera para el traslado de insumos, equipos y personal, dando pie al desarrollo posterior de puentes, ferrovías, transmisión eléctrica, metalmecánica, entre otros servicios que serán requeridos no solo por la empresa, sino también por la población.
Mediante una entrevista con TV Perú, el presidente del Capítulo de Ingeniería de Minas, destacó que la industria minera genera ocho puestos de trabajo indirecto por cada puesto directo, siendo factor determinante para la creación de empresas comunales capacitadas y diversificadas que hoy forman parte de la cadena logística de las compañías mineras.
Bajo esta premisa, sustentó que la capacidad empleadora de la mina, además de fomentar el dinamismo de los negocios locales, incentiva a los jóvenes a estudiar carreras de ingeniería, lo que representa una oportunidad para mejorar su calidad de vida y estatus económico, convirtiéndose en talento calificado que podría desempeñarse incluso en el extranjero.
De otro lado, frente a las percepciones erróneas acerca del impacto ambiental de la minería, refutó que las empresas mineras en nuestro país se apoyan en tecnologías para mitigar el alcance de sus actividades y proteger ecosistemas, así como también ejecutan el plan de cierre de mina para dejar el terreno en igual o mejores condiciones que las que encontraron.
En ese sentido, ejemplificó el caso del proyecto minero Tía María, que proponía utilizar agua de mar desalinizada para sus operaciones, aunque finalmente no prosperó debido a que se creía que afectaría a los ríos que alimentan a la actividad agropecuaria, cuando realmente los mismos siempre tuvieron presencia natural de minerales por el origen volcánico de la zona.
“La minería usa apenas el 1% del agua disponible a nivel nacional, mientras que la agricultura se sirve del 80%. Ese pequeño porcentaje se recircula y casi nada se pierde”, argumentó.
Por último, el exdirector del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú remarcó que el mundo necesita cobre y el Perú es el segundo productor mundial, pues “tenemos la bendición de la divina providencia que puso los minerales en la cordillera y nos toca el desafío de ponerlos en valor”, desde la etapa de exploración, pasando por la explotación hasta el cierre de mina.
“No se están llevando nuestros minerales, los estamos vendiendo con base en los altos precios del mercado. Eso genera un valor económico que se traduce en mejor calidad de vida, educación, salud y la eliminación de la pobreza”, enfatizó Arce.