La producción local de lubricantes en Perú ya representa el 30% del portafolio de Shell y Primax y podría superar el 50% en los próximos años, con lo que el país se consolida como uno de los mercados estratégicos de la región. Este modelo de operación permite responder a la demanda hasta seis veces más rápido que un esquema importador y atender con mayor eficiencia a sectores clave como la minería y el transporte.
Actualmente, la producción local se concentra en el segmento de vehículos comerciales, con líneas como aceites de motor y aceites hidráulicos, donde la marca ya mantiene una posición de liderazgo en el mercado peruano. La expectativa es que este esquema permita ampliar progresivamente el portafolio y que, en los próximos años, más de la mitad de los lubricantes ofrecidos en el país sean fabricados localmente, consolidando a Perú como un hub de innovación y desarrollo en la región.
Este modelo también ofrece ventajas logísticas clave. Mientras un esquema basado en importaciones puede tardar entre 60 y 120 días en responder a la demanda, la producción local reduce ese plazo a 20 días. “El gran beneficio de producir en el país es asegurar el abastecimiento al mercado peruano”, explicó Carlos Sotomayor, gerente corporativo de Clientes y Nuevos Negocios de Primax. Esta capacidad de reacción ha resultado decisiva para atender a sectores estratégicos como la minería, donde la continuidad operativa depende de contar con un suministro permanente y productos de alta tecnología.
La producción en Perú se realiza en una planta auditada y autorizada por Shell, que cumple con los mismos estándares internacionales de calidad de cualquier otra instalación en el mundo. Toda la materia prima, tanto bases como aditivos, es importada, lo que asegura que los lubricantes fabricados localmente mantengan el mismo nivel de excelencia que aquellos elaborados en mercados globales. A diferencia de la importación total, este modelo también permite desarrollar fórmulas específicas para el mercado peruano, adaptando la oferta a las necesidades particulares de los clientes y sectores estratégicos.
Además, la operación local está respaldada por estándares ambientales internacionales, incluyendo la disposición responsable de aceites usados recolectados de sus clientes industriales. A ello se suma la línea Panolín de Shell, uno de los pocos lubricantes 100% biodegradables en el mundo, que ya forma parte del portafolio disponible en el mercado peruano.
Con estos avances, el negocio de lubricantes de Primax proyecta alcanzar más de 15 puntos de participación en el mercado este año y estima crecer subir 5 puntos en los próximos tres años.
“Para conquistar a la gran industria necesitamos garantizar seguridad y eficiencia. Con la apuesta por producir en Perú, tenemos la capacidad de hacerlo y, al mismo tiempo, consolidarnos como un mercado estratégico para Shell en la región”, dijo Sotomayor.