Bank of America (BofA) ha elevado sus previsiones para el precio del cobre, apuntando a interrupciones generalizadas en las minas y una demanda estable a medida que el metal se ajusta en los mercados globales.
El banco prevé ahora que el cobre promedie 11.313 dólares por tonelada en 2026, un 11% al alza con respecto a su estimación anterior, y 13.501 dólares en 2027, un 12,5% más. Los estrategas pronostican un máximo de 15.000 dólares por tonelada (6,80 dólares por libra).
Los analistas de BofA señalaron los continuos reveses en algunas de las minas más grandes del mundo, como Grasberg en Indonesia, El Teniente en Chile y Kamoa-Kakula en la República Democrática del Congo. La presión adicional se debe a los retrasos en el proyecto Quebrada Blanca II de Teck en Chile y a la suspensión indefinida de Cobre Panamá de First Quantum.
Al mismo tiempo, los costos de tratamiento y refinación han caído drásticamente, lo que pone de relieve la escasez de materia prima. Si bien el exceso de capacidad en el sector de fundición de China ha afectado los márgenes de procesamiento, los analistas enfatizaron que el problema subyacente es la insuficiencia de suministro en las minas.
A pesar de las dificultades para la oferta, la demanda se ha mantenido robusta. El consumo de cobre en China sigue estando respaldado por el aumento de las inversiones en la red eléctrica, vinculadas a las energías renovables y a la infraestructura relacionada con la IA. En Europa, la demanda muestra indicios de recuperación tras una prolongada caída.
En cuanto a los inventarios, las reservas en la Bolsa de Metales de Londres se mantienen excepcionalmente bajas, lo que aumenta el riesgo de contracciones cortas si el consumo se acelera aún más.
BofA prevé que el cobre entre en una fase alcista estructural. El banco enfatizó que las reservas sobrantes ya se han desviado a EE. UU., lo que deja al mercado vulnerable a fuertes subidas de precios.