El trabajo geotécnico sobre instrumentación y monitoreo en minas enfrenta actualmente grandes retos: la transformación digital, la necesidad de instrumentación robusta y duradera, y la integración de datos de diversas fuentes capaces de ser analizados en tiempo real, afirmó Luis Tejada, gerente de Presas de Agua y Relaves RTFE de Minera Las Bambas, en el marco del 10º Congreso RELAVES Perú 2025, organizado por DEEV.
Durante el panel “Prácticas avanzadas en la instrumentación geotécnica para la efectividad de la vigilancia de TSF como medida de control de riesgos”, Anamaría Ríos, superintendente geotécnico TSF, WSF, HLF (RTFE) de Newmont Minera Yanacocha, destacó que la clave para mejorar la efectividad del control de riesgos en las presas de relaves o de agua consiste en clasificar las líneas base en diferentes etapas (diseño, construcción, operación y cierre), asegurando que todo el equipo de campo—y no solo el geotécnico—conozca y aborde las condiciones específicas de cada una, ya sean operativas, climáticas o de sitio.
“Más allá de tener múltiples instrumentos que nos ayudan a identificar condiciones de agua, niveles freáticos, deformaciones, etc., la clave es entender esa información y asociarla a cómo estamos manejando nuestra operación”, acotó Ríos. “Ya no es solo el geotécnico el que alerta: tenemos al área de operaciones, al área de procesos, al área ambiental, todos involucrados. Debemos traducir esos conceptos a términos simples, a números fáciles de seguir”.
Para ello subrayó la necesidad de definir los niveles de alerta basados en condiciones que se consideren críticas, incluyendo parámetros relacionados con el cambio climático (lluvias extremas, periodos secos prolongados, etc.). No obstante, apuntó que “el plan de respuesta de emergencia también debe ser socializado con las personas fuera del ámbito geotécnico. El uso de términos correctos, umbrales claros y datos objetivos nos ayuda a evitar falsas alertas”.
Para Erik Medina, principal tailings de Minera Las Bambas, la línea base debe tener dos miradas: una técnica (bien documentada) y otra más relacionada con la percepción de las personas sobre su funcionamiento.
“Si sabemos qué hacer cuando “algo se mueve” –cuando se dispara una alarma, cuando un indicador sale de rango– es porque estamos preparados para esa desviación”, dijo. “Ahí se ve si la línea base está viva o solo está en el papel”.
A su turno, Jorge Vargas, superintendente de Gobernanza Técnica e ingeniería de Anglo American, precisó que los niveles de alerta deben reflejar las condiciones particulares de cada operación. “No es un sistema homogéneo ni una regla única que puedas copiar para todas las presas”, dijo. “Cada operación tiene que entender por qué define un número, para qué lo define, cómo lo recibe, cómo lo procesa.
Breno Castilho, gerente general de Vale, añadió que la línea base debe mostrar claramente a la persona responsable si la presa funciona de acuerdo con su diseño y con los cambios realizados después de su construcción, a partir de información confiable procedente de sistemas de instrumentación adecuados.
“En algunos casos, se puede confiar en un centro de monitoreo remoto para el trabajo de los profesionales”, precisó. “Pero en otros casos, como en la construcción o el recrecimiento de una presa, hemos añadido una capa adicional con centros de monitoreo locales, con instrumentación de mayor frecuencia, datos más rápidos, y una respuesta más ágil, muy cerca de las obras”.
A pesar de las mejoras operativas generadas por la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas o el machine learning, los panelistas coincidieron en que estas herramientas no deben reemplazar la toma de decisiones ni la presencia humana en las presas de relaves, salvo en casos muy específicos.
“Tal vez cuando ya estamos en una emergencia, cuando la presa se está viniendo abajo, cuando el talud está fallando y no vamos a poder ingresar. Ahí sí utilicemos las herramientas que nos ayudan a ver más de cerca sin exponer a la persona: drones, cámaras, radares, datos remotos”, indicó Anamaría Ríos.
Ahora bien, los beneficios operativos de estas prácticas avanzadas en la instrumentación geotécnica, según Luis Tejada, pueden anularse si la empresa no sostiene una cultura organizacional sólida basada en la responsabilidad general, la rendición de cuentas, y los sentidos de urgencia y de propiedad.
“La humildad para aceptar ciertas falencias y manejar la incertidumbre es algo muy importante hoy. No podemos asumir que todo está entendido, que todo está perfecto. La Tierra tiene una dinámica propia, y nuestras presas de relaves, nuestras presas de agua y demás estructuras también se mueven”, sentenció el ejecutivo de Minera Las Bambas.