Durante el panel “Nueva demanda de energía eléctrica en el norte: ¿Cuál es el potencial y qué limita el suministro?”, realizado en PERÚ ENERGÍA Norte y moderado por Miguel Cueva, representantes del sector eléctrico e industrial coincidieron en que el norte del país atraviesa un crecimiento acelerado que la infraestructura y la regulación vigentes no logran acompañar.
Pedro Carrasco, gerente regional de ENOSA, explicó que la demanda total en el área de influencia podría bordear los 950 MW en los próximos años, mientras que la empresa ya atiende 262 MW y proyecta llegar a 300 MW. Señaló que la compra de energía es un desafío central, especialmente en un contexto de cambios normativos y exigencias de seguridad en el suministro. Además, advirtió que mantener el ritmo de inversiones —estimadas en más de S/ 60 millones— requiere reglas claras y predictibilidad.
Desde CVC Energía, Daniel Hokama ofreció una mirada más amplia sobre el potencial de crecimiento. Recordó que el país cerrará el año con un incremento económico cercano al 3.3% y con exportaciones en niveles récord. Este dinamismo se refleja en el sector eléctrico: la demanda máxima bordea los 8.5 GW y podría llegar a 10 GW en 2030.
Sin embargo, Hokama llamó la atención sobre un cambio estructural: la demanda ya no se concentra en la hora punta, sino en una extensa meseta diaria. También destacó el enorme potencial agrícola no explotado por falta de energía. “Hay casi un millón de hectáreas en la costa sin uso pleno por falta de suministro. Muchos se autogeneran en diésel porque no tienen acceso a la red”, señaló. Para él, el reto está en fortalecer la distribución, hoy relegada en la discusión energética pese a ser “quien realmente genera la demanda”.
El punto de vista del usuario lo aportó Óscar Benavides, gerente de Operaciones de Pacific Freezing, empresa que impulsa inversiones en Piura para su industria hidrológica. Si bien su intervención fue breve, reiteró que la disponibilidad y el precio competitivo de la energía son determinantes para decidir la expansión industrial. La incertidumbre regulatoria y los tiempos de conexión siguen siendo factores que frenan proyectos.
José Tierno, gerente general de Kondu, resaltó que el norte es estratégico por el crecimiento de la agroindustria, la pesca y otros sectores que avanzan más rápido que la capacidad del sistema eléctrico. Explicó que muchos proyectos —como los de arándanos— pasan de la siembra a la producción en solo dos años, mientras que las líneas y subestaciones requieren mucho más tiempo para desarrollarse. Ante ello, varios clientes deben invertir en soluciones propias, incluyendo plantas solares o sistemas de respaldo.
Sin embargo, Tierno advirtió que la ausencia del reglamento de generación distribuida obliga a “botar energía excedente”, afectando la competitividad. También pidió avanzar en la regulación del almacenamiento, ya que las baterías instaladas por los propios clientes podrían brindar servicios al sistema y reducir costos.
El panel concluyó con una coincidencia general: el norte tiene un potencial enorme, pero la demanda crece más rápido que la infraestructura y la regulación. Para evitar que el desarrollo se frene, los panelistas insistieron en acelerar las normas pendientes, destrabar inversiones y fortalecer el rol de la distribución en la planificación energética.