“La capital peruana enfrenta una situación crítica de tráfico que afecta gravemente la calidad de vida de los ciudadanos y la competitividad del país”, señaló Jaime Graña Belmont, gerente general de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), tras indicar que, según información de TomTom.
TomTom analiza el tiempo promedio para recorrer 10 km en varias ciudades del mundo, y Lima presentó, durante la semana del 29 de noviembre al 6 de diciembre del presente año, cifras alarmantes. A las 8:00 am, la velocidad promedio fue de apenas 17 km/h, mientras que a las 7:00 pm disminuyó a 15.4 km/h, llegando incluso a un mínimo de 14.5 km/h en esa hora de la noche. “Estas cifras reflejan la cruda realidad de la congestión vehicular en la ciudad, que ha empeorado con el paso del tiempo”, añadió.
De acuerdo con las cifras de TomTom, Lima registra la menor velocidad promedio entre las principales ciudades de la región como Santiago de Chile, Ciudad de México y Bogotá, tanto en la mañana como en la noche, consolidándose como la ciudad más congestionada de América Latina. La situación de Lima es un claro reflejo de problemas estructurales y de planificación que han perdurado durante años, sin una solución eficiente ni sostenida.
“Las causas de esta congestión son diversas y están profundamente enraizadas en factores estructurales, como el inadecuado diseño y planificación vial, el deficiente sistema de semaforización, y la falta de coordinación en la red semafórica. A esto se suman problemas graves como la informalidad en el transporte público, la deficiente conectividad entre rutas y la falta de fiscalización”, expresó Graña.
Desde la AAP consideran necesario que las autoridades tomen acciones inmediatas para enfrentar esta crisis de tráfico y proponemos trabajar de manera colaborativa en soluciones a largo plazo, que mejoren la infraestructura vial, fomenten la macromovilidad para que podamos optar por un transporte público más eficiente, seguro, moderno y sostenible.
La congestión vial tiene un impacto negativo significativo para la sociedad, agregó Graña Belmont. “No solo estamos perdiendo horas valiosas, sino que también enfrentamos mayores costos logísticos, un aumento en la contaminación ambiental y una mayor tasa de siniestralidad. La situación es insostenible, y necesitamos soluciones inteligentes y urgentes que prioricen el bienestar de los ciudadanos”.