El precio del cobre cerró hoy en US$ 4.02 la libra, reflejando un leve aumento del 0,6% en comparación con el cierre del viernes pasado. Durante noviembre, el metal rojo registró una caída de 5,8%, alcanzando un promedio de US$ 4.11 la libra. Por su parte, el promedio anual hasta la fecha se sitúa en US$ 4.15. Si el precio se mantiene en US$ 4 durante diciembre, el promedio anual del 2024 se estimaría en US$ 4.14. En el corto plazo, la dinámica del precio del cobre sigue dominada por factores centrales, que probablemente, no se modifiquen pronto.
“Para lo que resta de 2024, el precio del cobre permanecerá volátil y con sesgo a la baja, afectado por un dólar fuerte, tensiones arancelarias y demanda moderada en China”, dijo Cochilco. “La probabilidad de que la FED reduzca en diciembre la tasa de interés en Estados Unidos se ha reducido y, por lo tanto, no se anticipa un salto relevante en el nivel del precio del cobre”.
Se prevé que el dólar mantenga su fortaleza en lo que resta de 2024, impulsado por políticas arancelarias en EE. UU. y la búsqueda de refugio en un entorno de incertidumbre global.
Los anuncios sobre política arancelaria en Estados Unidos han tenido también un impacto. La nueva administración ha señalado la intención de imponer aranceles adicionales del 10% a las importaciones de China y del 25% a las de México y Canadá, lo que ha generado incertidumbre en los mercados y afectado negativamente las expectativas de demanda de metales.
La ausencia de medidas significativas que impulsen sectores claves como la construcción y la manufactura en China ha limitado el crecimiento de la demanda de metales, incluido el cobre.
El recrudecimiento de la guerra en Ucrania ha intensificado la incertidumbre económica global, impactando diversos sectores, incluido el mercado del cobre. El aumento de tensiones en la presente semana ha elevado el riesgo de posibles interrupciones en la cadena de suministro, incremento de costos y cambios inesperados en la demanda global. La incertidumbre económica ha reducido la actividad en sectores clave, particularmente en Europa, afectando las perspectivas de consumo de cobre.