En 2023, el mundo consumió cerca de 100 millones de toneladas de hidrógeno producido con combustibles fósiles sin captura de CO2, y produjo solo 1 millón de toneladas de hidrógeno sostenible a partir de gas natural con captura de CO2 o energías renovables con proceso de electrólisis, según el presidente de la Asociación Peruana de Hidrógeno (H2 Perú), Daniel Cámac.
Sin embargo, durante su participación en PERÚ ENERGÍA Norte con la conferencia “Uso de H2 en sectores prioritarios para el Perú”, explicó que la producción de hidrógeno de bajas emisiones podría alcanzar los 49 millones de toneladas al año para el 2030, gracias al anuncio de proyectos de infraestructura para la producción de hidrógeno de este tipo.
“Los principales países consumidores de hidrógeno son China (34%), Medio Oriente (15%) y Norteamérica (10%); la mayor cantidad de estaciones de repostaje de hidrógeno está en China (+400), Europa (280) y Corea (180); y más del 40% de la capacidad de electrólisis se encuentra en China y el 32% en Europa”, pormenorizó el especialista.
En palabras de Daniel Cámac, a raíz de los estudios realizados por la Asociación Peruana de Hidrógeno, se sostiene que el Perú forma parte de la lista de candidatos que podrían ser parte del “top ten de países productores de hidrógeno de bajas emisiones al menor precio”, debido al costo competitivo de la electricidad, el principal insumo para la producción de hidrógeno.
Cámac resaltó que el país cuenta con un potencial renovable de 125,000 MW, el cual podría ser aprovechado mediante la aplicación de electrólisis para la producción de hidrógeno sostenible, convirtiéndose así en un recurso energético para su posterior uso en sectores de gran demanda como la minería, la cementera y la acería.
“En minería se han realizado diversos pilotos con hidrógeno en camiones de acarreo y probablemente se comercialicen este tipo de vehículos desde el 2030; asimismo, también es posible el suministro de hidrógeno en camiones para el traslado de concentrados minerales a grandes distancias desde el centro de operaciones hasta el puerto”, subrayó.
Con relación a la cementera, Daniel Cámac destacó el uso del hidrógeno con captura de CO2 como combustible alternativo para la elaboración de cemento neutro; mientras que, en la acería, su uso podría extender desde la producción de acero verde hasta la descarbonización de hornos, suministro eléctrico para procesos industriales y reducción directa de hierro.
“También, el hidrógeno de bajas emisiones tiene valor en la industria de los fertilizantes, pues permite la producción de amoniaco verde o renovable, cuyo costo de producción oscilaría entre 150 a 170 dólares por tonelada. Perú es importador de amoniaco, pero tiene todas las fuentes posibles para ser productor y exportador de este insumo”, recalcó.