Apoyo & Asociados ratificó las clasificaciones del Primer Programa de Instrumentos de Corto Plazo en CP-1-(pe) y las obligaciones de largo en AA-(pe) de la estatal Petroperú pero modificó la perspectiva de “estable” a “negativa”.
El cambio en la perspectiva de la calificadora se fundamenta en la generación negativa de caja y altos niveles de endeudamiento. Al cierre del 2022, Petroperú registró un ebitda negativo por US$103.8 millones debido, entre otros factores, “a la incapacidad de trasladar al precio todo el incremento de sus costos, la disminución del volumen de ventas por problemas en el abastecimiento y los sobrecostos asumidos para las pruebas de la nueva refinería [de Talara]”.
Dicho comportamiento, asevera la calificadora, continuó durante el primer trimestre del 2023, cuyo ebitda fue de -US$103.5 millones (US$75.1 millones al cierre del primer trimestre del 2022).
Respecto al nivel de endeudamiento, al cierre del 2022, el saldo de deuda financiera de Petroperú se incrementó hasta los US$5,853 millones, producto de mayores requerimientos de financiamiento para capital de trabajo, como consecuencia del incremento de los precios internacionales del petróleo y sus derivados.
Además, las demoras en la puesta en operación plena de la Nueva Refinería Talara obligaron a que el portafolio de productos importados se componga principalmente de productos refinados, cuyo valor es superior al del crudo. Al cierre de marzo 2023, la deuda financiera de la estatal continuó incrementándose y llegó a un monto de US$6,025 millones.