Por primera vez en su historia, los habitantes de Tala, el anexo más cercano a la mina Quellaveco, pueden consumir agua potable en sus viviendas. Desde el mes de febrero, la moderna planta de tratamiento, que funciona con energía renovable, ha producido más de un millón de litros de agua. La construcción fue financiada por Anglo American y ejecutada por la empresa ECOSER TPCT, la cual está conformada por la propia Comunidad Campesina Tumilaca, Pocata, Coscore y Tala.
La propuesta de Anglo American busca acelerar el cierre de brechas en agua y saneamiento, llevando agua potable a cerca de 2 mil personas en las localidades moqueguanas de Carumas, Cuchumbaya, Pocata, Coscore y Tala. Para ello, se están instalando modernas plantas de tratamiento que serán operadas por las mismas comunidades.
En Tala, los trabajos contemplaron la rehabilitación de la bocatoma en el río Tala, hasta la construcción de una planta de tratamiento compacta que, mediante un sistema de floculación, decantación y filtración, genera agua purificada lista para el consumo humano. Además, la planta funciona completamente con energía solar durante todo el año, incluso en días nublados, siendo la primera de este tipo en la región Moquegua.
“En temporada de lluvia el agua venía con barro, con lodo. No era tan apta para consumo. Ahora, con esta planta, creo que se está mejorando un 100% la calidad del agua”, afirma Artemio Flores Paripanca, presidente de la Junta Vecinal del Anexo de Tala.
Esta infraestructura significa un cambio profundo para la calidad de vida de las personas, en especial para su salud, ya que según el “Diagnóstico regional de la calidad de agua para consumo humano” publicado por la Gerencia Regional de Salud de Moquegua el 2021, el 80% de los 41 poblados de la provincia Mariscal Nieto consumen agua no apta para las personas.
En Tala, por ejemplo, para implementar la planta, se hicieron análisis del río cuyas aguas eran consumidas por la población. Los análisis determinaron que, durante la época de lluvias, la concentración natural de aluminio y hierro superaban los límites máximos permisibles para el agua de consumo humano, constituyendo un riesgo de salud. Hoy día, con la planta provista por Anglo American, se eliminan los metales y contaminantes microbiológicos.
“Nosotros no sabíamos (que el agua tenía aluminio y hierro) pero ahora ya lo sabemos. Es esta agua la que entra a esta planta y hemos visto con nuestros ojos que sí se han eliminado”, manifiesta satisfecho José Coayla, presidente de la Junta Administradora de Servicios de Saneamiento. Es precisamente esta Junta la que tendrá a cargo la administración de la planta, luego de recibir la capacitación correspondiente.