El panel “Soluciones tecnológicas y futuro en la transición energética en la industria y minería latinoamericana”, en el marco del Smart Energy Summit, reunió a líderes de sectores clave para debatir cómo las empresas de la región están acelerando la adopción de nuevas tecnologías energética. La conversación, moderada por Nicol Pomalia, gerente comercial de CAPO Energy, puso de relieve que la transición energética ya no es un horizonte lejano, sino una exigencia operativa en minería, industrias y servicios energéticos.
Zetti Gavelán, director de Operaciones Perú de Glencore, remarcó que la descarbonización global depende directamente de un suministro creciente de minerales críticos. Señaló que la demanda de cobre, zinc y otros minerales podría duplicarse o triplicarse hacia 2050 y que la minería debe responder con operaciones responsables, eficientes y sostenibles. Afirmó que la transición energética “no sería posible sin minería” y que el reto principal es producir más, pero con una huella ambiental cada vez menor.
Germaín Salazar, superintendente de Energía y Electricidad de Cerro Verde, explicó que la compañía impulsa una estrategia climática basada en contribuir al mundo con cobre de bajas emisiones, mientras fortalece su resiliencia ante los riesgos climáticos y reduce sus propias emisiones de manera progresiva. Entre las soluciones en marcha, mencionó la electrificación de equipos, los sistemas trolley, las baterías de alto rendimiento y las evaluaciones tempranas para incorporar hidrógeno verde. Subrayó que la transición energética debe ser técnicamente realista y compatible con la competitividad internacional del sector.
La mirada tecnológica la aportó Nicki Vanlommel, directora de Innovación de Hunt Services Company, quien enfatizó que el futuro energético será un proceso de “adición y complementariedad”, más que de sustitución inmediata. Detalló que su organización trabaja en medición avanzada de gases —incluido de metano—, integración de sistemas de almacenamiento, uso de inteligencia artificial para optimizar consumos, tecnologías de recuperación de calor en data centers y soluciones automatizada para mejorar el rendimiento de instalaciones solares. Añadió que el desarrollo de gases verdes, como el hidrógeno y los combustibles sintéticos, será determinante para sostener la demanda energética en sectores donde la electrificación aún no es suficiente.
Desde la industria cementera, Juan Carlos Burga, CEO de Yura, explicó que el grupo ha adoptado una estrategia integral para reducir emisiones mientras incrementa su competitividad. Recordó que la reciente planta solar de 28 MWp ya cubre alrededor del 30% de la demanda eléctrica de la empresa y que la sustitución de combustibles fósiles avanza mediante biomasa, residuos industriales y llantas fuera de uso. También indicó que la empresa trabaja en reducir el contenido de clinker en el cemento y en desarrollar materiales con huella casi nula, con la aspiración de fabricar en el futuro cemento sin clinker.
Pool Suárez, gerente comercial de Ferrenergy, destacó que las soluciones energéticas deben ser confiable y financieramente accesibles. Explicó que las plantas híbridas, los sistemas de electrónica de potencia, los contratos de energía a largo plazo y los modelos “Energy as Service”, están permitiendo a muchas empresas avanzar en su transición sin grandes inversiones iniciales. Sostuvo que el verdadero éxito radica en integrar tecnología que creen valor desde el primer día.
Con todo ello, los expertos unieron pareceres para sentenciar en lo siguiente: la transición energética en Latinoamérica no depende de una tecnología única, sino de la capacidad de las empresas para combinar innovación, estabilidad operativa y sostenibilidad financiera. La región, coincidieron los especialistas, está entrando en una etapa donde las decisiones energéticas se vuelven estratégicas para el crecimiento y la competitividad de sus industrias.