Las empresas que compran metal procedente de África central podrían estar exponiéndose a sanciones de las Naciones Unidas por apoyar la guerra en el este de la República Democrática del Congo, según un informe de expertos de la ONU publicado por la agencia Bloomberg.
El comercio del Congo con oro, estaño y tantalio, un mineral clave en la electrónica portátil, está apoyando directamente a grupos armados involucrados en abusos generalizados contra los derechos humanos y alimentando uno de los conflictos más mortíferos del mundo, dijeron los expertos en el informe publicado el lunes.
En el último año, múltiples grupos armados se han apoderado de uno de los mayores yacimientos de mineral de tantalio del mundo en el Congo, Rubaya, haciéndolo “no apto para el comercio, según las directrices de diligencia debida del Grupo de Expertos”, afirmó el grupo. La adquisición del sitio presentaba un “grave riesgo” de que su mineral de estaño o tantalio pudiera “contaminar” la cadena de suministro de la región.
El Congo y Ruanda proporcionaron más del 60% del tantalio mundial en 2023, según estimaciones del Servicio Geológico de Estados Unidos, que lo considera un “mineral crítico”.
El grupo creó sus directrices de diligencia debida para empresas en 2010 bajo la dirección del Consejo de Seguridad de la ONU como parte de un movimiento internacional para detener la compra de minerales que financian el conflicto en el Congo.
“Las violaciones de las directrices del grupo de expertos, particularmente a través de acciones que resultan en la financiación de actores del conflicto, son sancionables por el Consejo de Seguridad de la ONU”, según Gregory Mthembu-Salter, quien ayudó a redactar las directrices.
El informe de los expertos muestra que las normas, junto con las leyes relacionadas sobre minerales conflictivos en Estados Unidos y la UE, han tenido un efecto limitado en la limpieza del lucrativo comercio. La actual crisis humanitaria, con millones de desplazados debido a los combates, “no tiene precedentes”, según el informe.
Gran parte de los minerales del Congo cruzan ilícitamente la frontera hacia Uganda, Ruanda y Burundi, donde se venden en los principales mercados internacionales y terminan en bienes de consumo.
El comercio regional de oro, que debido a su alto valor es fácil de contrabandear en pequeñas cantidades, vale varios miles de millones de dólares y se ha convertido en una fuente clave de financiación para los grupos armados, según los expertos.
“La explotación y el comercio de oro continuaron siendo una fuente crucial de enriquecimiento para los grupos armados y algunos” miembros del ejército del Congo en la provincia nororiental de Ituri, mientras que los grupos armados controlaban la mayor parte del comercio en grandes zonas de la provincia de Kivu del Sur, según el informe.