Latinoamérica concentra aproximadamente un tercio de la producción primaria global de cobre, siendo Chile y Perú los dos países que más producen este mineral a escala mundial. Las exportaciones mineras peruanas crecieron 9 veces respecto a los montos reportados a inicios del siglo. Esto implica que nuestro país es uno de los pilares de la imparable transición energética planetaria. Hoy el Banco Central de Reserva del Perú prevé que la economía nacional crezca un 3% este año y el 2025. Uno de los factores que ha contribuido a que la economía peruana mantenga este ritmo de crecimiento ha sido la inversión minera, la cual representó el 13% de la inversión privada total entre el 2000 y el 2023, y se proyecta que al cierre de este año logre un crecimiento de 7.8%. Según los entendidos, el país podría llegar a producir 5 millones de toneladas de cobre anuales en las condiciones idóneas, pero enfrenta un desafío que, por momentos, parece irresoluble pero que debe ser corregido cuanto antes. Son más de 250 procedimientos administrativos que la inversión de un proyecto minero debe superar antes de concretarse. Pero el problema no es solo la cantidad sino también las demoras y no hay nada más impaciente que miles de millones de dólares que deben fluir. Los ejemplos de proyectos demorados son numerosos en el país. Por supuesto, no es un fenómeno propio del Perú pero sí su frecuencia. La transición energética, la descarbonización de las cadenas de producción y de la vida cotidiana necesita del cobre, y el Perú lo tiene. Acaso, lo que escasea son líderes con amplia visión del futuro. Luis Rivera, expresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú y vicepresidente ejecutivo de Gold Fields Región Américas, es un cercano conocedor de la industria que paga las cuentas del Perú.
Con precios del cobre como los actuales, ¿por qué no despegan más proyectos mineros en el país?
La incertidumbre política y los temas regulatorios son aspectos claves. Las empresas mineras necesitan un entorno estable para realizar inversiones significativas. Además, la demora en la obtención de permisos también afecta negativamente el avance de nuevos proyectos. Déjeme añadir que hay que tener en cuenta que, aunque los precios del cobre y otros minerales estén relativamente altos, la falta de espacio para colocar relaves y botaderos de material estéril en las operaciones mineras limita la vida útil de las mismas.
¿Cuáles serían las ventajas competitivas del sector minero peruano frente a sus competidores y cuáles sus desventajas?
En la actualidad, las ventajas competitivas del sector minero peruano incluyen un ecosistema maduro para la minería, con todos los componentes del ciclo minero presentes en el país. Además, cuenta con un recurso humano muy calificado. Sin embargo, una desventaja es la permisología, lo que puede demorar la inversión. Un ejemplo de esto es que en 2020, el Perú ocupó el lugar 76 en el Índice de Facilidad para Hacer Negocios (Doing Business) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que indica que la burocracia es un desafío importante para el país.
Diversos sectores han pedido desde hace mucho tiempo que la simplificación de trámites sea una prioridad de la política pública para que el país gane competitividad frente a otros que compiten con nosotros por atraer capital. ¿Creen que esta vez serán escuchados? ¿O es que, para el Perú, la simplificación administrativa consiste en la generación de más normas?
Creo que la simplificación de trámites es una prioridad importante para que el país gane competitividad y si bien no siempre implica la generación de más… Puede seguir leyendo esta entrevista aquí.