Si Camisea fuera un gran río, el ducto gestionado por Transportadora de Gas del Perú S. A. (TGP) sería el canal de irrigación que lleva el agua hacia los lugares donde más se necesita. El ducto es un esquema de transporte de gas natural, uno de los más s complejos —pues reta la accidentada geografía peruana. Pero gracias a los altos estándares tecnológicos— logró cambiar la matriz energética del país y su operación a generar grandes ahorros para las familias e industrias peruanas, evitando la emisión de inmensas cantidades de CO2 a la atmósfera. El ducto de TGP es la forma más conocida y usada para transportar la molécula de gas a gran escala. Los gasoductos pueden unir distancias de hasta 3000 km, aproximadamente. En octubre del 2000 se adjudicó al consorcio TGP el transporte y distribución de gas natural y productos derivados. El gasoducto de TGP (que en realidad son dos, uno de gas natural y otro de líquidos) recorre aproximadamente 729 km, desde la cuenca amazónica del río Malvinas, en el departamento de Cusco, atraviesa la cordillera de los Andes, llega a las costas del océano Pacífico y finaliza en el punto de entrega, ubicado en Lurín. El ducto llega, en su punto más alto, a 4,880 msnm, lo que lo convierte en el poliducto más elevado del mundo. Es reconocido como uno de los ductos de mayor complejidad en el mundo por los retos geográficos que enfrenta. Y a pesar de estas complejidades, en sus 20 años el ducto ha demostrado altísima confiabilidad, con 99% de disponibilidad.
Para Tomás Delgado, CEO de TGP, Camisea marcó un antes y un después en la historia del país y está convencido de que los ductos deben jugar un rol clave para la masificación de gas natural en el Peru.”
TGP existe porque existe Camisea y ¿este Perú moderno existe como consecuencia de Camisea también?
Totalmente. Este año Camisea cumple 20 años en operación, y no se me ocurre otro proyecto energético que haya cambiado tanto al Perú. Este país tiene la ventaja de contar con una fuente de energía barata, algo que no tienen los países vecinos. Perú, pues, cuenta con un recurso energético barato y abundante y a precios fijos. Camisea es la gran ventaja competitiva del Perú. Fíjese en lo que pasó con la guerra entre Ucrania y Rusia en Europa: precios volátiles, escasez de gas natural en todo el mundo. Afortunadamente, Perú no se vio afectado por contar con su propia fuente. Por ello, nuestro país tiene hoy una ventaja tremenda y Camisea ha sido parte de esta revolución energética y económica. Somos otro país después de Camisea. Alrededor de 2 millones de hogares, vehículos y grandes y pequeñas industrias disfrutan hoy del gas natural. Aún hay aún mucho que hacer, pero creo que se han alcanzado hitos importantes relacionados con el gas natural. En la actualidad, con el gas de Camisea, se produce más del 40% de la energía eléctrica que consumen los peruanos. Afortunadamente, el país cuenta también con una porción considerable de hidroeléctricas, pero cuando la hidro no es suficiente, se echa mano del diésel, una fuente que debe ser importada, sumamente cara y contaminante. Con Camisea, hoy generar un megavatio por hora cuesta US$30; sin Camisea, fácilmente escalaría a US$200.
También es importante destacar el aporte del gas natural a la industria. Muchas empresas han reducido de forma importante sus costos de energía al utilizar gas natural para sus procesos y de esa manera han ganado productividad y mejorado sus condiciones de competitividad, tanto en el mercado nacional como en el de exportación.
¿Usted es de la idea de que el gas de Camisea ya se ha masificado, al menos en forma de energía?
Se ha hecho muchísimo, y bien dice usted cuando afirma que… Puede seguir leyendo esta entrevista aquí.