Los problemas de liquidez de Petroperú se agudizan y su reputación en los mercados internacionales no atraviesa su mejor momento. En un reciente informe, Fitch Ratings rebajó la calificación de la compañía estatal a ‘B+’ desde ‘BB+’. Fitch también redujo la calificación de las notas sénior de la petrolera estatal a ‘B+’ desde ‘BB+’. En tanto, su perfil crediticio se mantiene en ‘ccc-‘, pero la perspectiva sigue siendo negativa. En el vocabulario de Fitch Ratings, las calificaciones ‘B’ indican que existe un riesgo importante de incumplimiento, pero sigue existiendo un margen de seguridad limitado. Eso quiere decir que Petroperú actualmente está cumpliendo con sus compromisos financieros; sin embargo, la capacidad de pago continuo es vulnerable al deterioro del entorno económico y empresarial.
La reevaluación —esclarece la calificadora de riesgo— fue provocada por el anuncio explícito del Gobierno peruano de que “no apoyará a Petroperú de una manera que sea suficiente para modificar la débil estructura de capital de la compañía”. La perspectiva negativa de Petroperú, a juicio de Fitch, refleja “las preocupaciones relacionadas con el débil perfil de liquidez de la compañía y sus necesidades de capital en el próximo año”.
La deuda bruta proyectada de Petroperú para 2023 será negativa. Fitch estima que la estatal mantendrá una deuda estructural en un promedio de US$ 5,700 millones durante al menos los próximos dos años. En ausencia de medidas gubernamentales para el pago de la deuda, se proyecta que el apalancamiento bruto será de 8.8 veces en 2024 antes de caer a alrededor de 7 veces durante 2026, a medida que la producción de la Refinería de Talara alcance operaciones comerciales y financieramente viables favorables.
La precaria situación financiera de Petroperú requiere de una inyección de fondos que el Gobierno le ha negado y para Fitch es axial que la administración de Dina Boluarte “apoye a Petroperú de una manera que sea significativa para su capital estructural en el corto plazo”.
La generación de flujo de caja de Petroperú es sensible a los cambios en los precios del petróleo. Dado que Perú es un importador neto de crudo, los elevados precios del petróleo resultan en una compresión de sus márgenes de ganancia.
La finalización de la Refinería de Talara debería reducir el gasto de capital de la compañía más allá de 2023 y también aumentará la eficiencia operativa.
En 2022, el Gobierno brindó respaldo para abordar las necesidades inmediatas de liquidez de Petroperú, pero ninguna de estas medidas alivió el problema estructural del alto endeudamiento. Los problemas operativos con el calendario de la Refinería de Talara y las demandas de efectivo dieron como resultado mayores necesidades de dinero para 2024. Sin embargo, el mensaje hasta ahora no ha sido claro con una solicitud de US$ 2,500 millones de dólares por parte de Petroperú seguida de una respuesta evasiva del Gobierno.
Fitch cree que persisten altos niveles de deuda en un entorno de compresión de los márgenes de refinación. El elevado apalancamiento de Petroperú, que se considera insostenible, no se abordó plenamente, ya que no se espera el pago de la deuda con los fondos proporcionados y el apoyo del Gobierno ha llegado cuando la empresa enfrenta graves restricciones de liquidez y necesita apoyo inminente.