En el panorama minero peruano, la atención ha estado centrada en la actividad minera metálica. Sin embargo, según las declaraciones de Henry Luna, presidente ejecutivo del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) al Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), hay potencial importante en productos no metálicos en el país.
De acuerdo con las estadísticas proporcionadas por el Boletín Estadístico Minero del Ministerio de Energía y Minas (Minem), el país alberga alrededor de 40 productos no metálicos, entre los que destacan notoriamente los derivados del carbón.
El abanico de estos recursos incluye desde caliza y dolomita hasta fosfatos, hormigón, arena, piedra, y otros materiales clave para la construcción. Los de mayor relevancia son la calcita, arcilla, puzolana y sal, sin dejar de mencionar que el país tiene una única mina de andalucita al norte.
De acuerdo con las declaraciones de Luna al IIMP, en términos de producción se observa un crecimiento notable de empresas que han incursionado en el ámbito minero no metálico en el 2023, siendo las empresas de cemento las que destacan actualmente por sus grandes volúmenes.
Este aumento se atribuye, según el presidente ejecutivo de Ingemmet, a la reactivación en los últimos años de proyectos de construcción de edificios, carreteras y centros mineros, generando una demanda significativa de materiales de construcción.
Además, se evidencia la importancia global de productos como los fosfatos y la roca fosfórica en la agricultura, con Miski Mayo, explotando Bayóvar 2 en Piura, destacándose como el principal productor de fosfatos en el país.
A pesar de estos avances, según las declaraciones de Luna, queda mucho terreno por explorar en el ámbito no metálico, y es esencial que los industriales nacionales reconozcan el vasto potencial que posee el país en este sector y consideren invertir en su desarrollo.
Un ejemplo revelador es el caso de la baritina, una roca producida localmente y empleada principalmente en la perforación minera. Esta roca se exporta a Chile y regresa al país como un concentrado listo para su uso, incrementando su precio hasta diez veces.
“Nosotros podemos darle mayor valor agregado a todos estos productos no metálicos y los inversionistas nacionales podrían encontrar acá un nuevo rubro”, destacó Luna.