Una alternativa viable para desarrollar proyectos mineros greenfield en el Perú se podría dar a través de la asociación de empresas mineras instaladas en zonas aledañas, lo que les permitiría compartir infraestructura, reducir costos y obtener permisos más rápidos, consideró Víctor Gobitz, presidente de Cumbre Minera de PERUMIN 36 y de la SNMPE, en el reciente Jueves Minero. Durante la cita, señaló que existen diversas oportunidades de asociatividad como los tres proyectos mineros ubicados en la región Apurímac, en la sierra sur del país, que podrían avanzar mediante esta metodología.
“Si uno mira la ubicación del proyecto Haquira respecto a Los Chancas o Trapiche puede darse cuenta que existe una suerte de clúster minero”, refirió. La puesta en marcha de estos tres emprendimientos le sumaría al país una producción de alrededor de 400.000 toneladas métricas de cobre por año. Haquira está en manos de First Quantum, Los Chancas es un proyecto de Southern y Trapiche es un depósito de Buenaventura.
Asimismo, el norte peruano existe el potencial de generar un clúster minero conformado por los proyectos La Granja, Conga, Galeno y Michiquillay, que en conjunto tienen un potencial de producir hasta 1 millón de toneladas de cobre anual. Si estos cuatro proyectos se desarrollan de manera aislada, tomará mucho.
“También hay un ejemplo muy reciente que es el de exploración de alta ley de plata Yumpag (Pasco) que va a poner en valor un yacimiento relativamente nuevo con un activo que ya existía que es Uchuchaccua (Oyón). Esa sinergia de un greenfield y brownfield es significativa”, dijo.
Fortalezas en infraestructura
Luis Rivera, miembro del Comité Consultivo de PERUMIN 36 y vicepresidente de Gold Fields para Las Américas, afirmó que en los últimos años se construyeron en el país puertos de grandes dimensiones, como Matarani, el cual cuenta con capacidad para almacenar 6 millones de toneladas anuales de concentrados minerales.
Agregó que el Perú cuenta con una infraestructura eléctrica diversificada y ecológica, pues se tiene una matriz energética compuesta por fuentes de origen hidroeléctrico (51%), gasífero (43%) y eólico y solar (6%), constituyéndose como un factor a evaluar para el arribo de inversiones mineras que buscan ser eficientes operativa y ambientalmente.
Sumado a lo anterior, resaltó que en el presente siglo se instalaron en el territorio empresas mineras de gran renombre, como Anglo American, Barrick y MMG, que hoy son miembros del Consejo Internacional de Minería y Metales, una organización internacional que agrupa a las empresas mineras con los más altos estándares de sostenibilidad en el mundo.
Sin embargo, advirtió que todas estas fortalezas están siendo desplazadas por debilidades de institucionalidad, relacionamiento social y tramitología, las cuales podrían seguir postergando la ejecución de nuevos proyectos mineros de clase mundial por los próximos 10 años y con ello poner en riesgo la generación de mayores ingresos para el desarrollo nacional.