La viceministra de Hidrocarburos, Iris Cárdenas, recordó que el sector es decisivo para la economía peruana, especialmente para industrias intensivas en energía como la minería. Hoy, el gas natural sostiene 39% de la generación eléctrica, mientras el petróleo explica apenas 7%.
Señaló en PERÚ ENERGÍA Norte que el país cuenta con 10 trillones de pies cúbicos (TCF) de reservas totales de gas natural, de los cuales 7 TCF son probados. Sin embargo, advirtió que existen 43 TCF de recursos prospectivos, y que la cuenca Madre de Dios concentra el 50%. A pesar de ese potencial, “no existe ningún contrato de desarrollo en la zona” debido a restricciones ambientales y legales. Si esos recursos se activaran, la autonomía gasífera de Perú podría duplicarse de 15 a más de 30 años.
Cárdenas recordó que Camisea es una demostración de que es posible operar con bajo impacto en zonas sensibles mediante tecnología, planes antropológicos y modelos de gestión ambiental avanzados. Ese precedente —afirmó— debe servir para destrabar nuevos desarrollos.
La viceministra expuso también que el gas fue clave para evitar una crisis energética: más del 65% de la producción hidrocarburífera actual proviene del gas natural y sus líquidos, que reemplazaron la caída del petróleo. Sin Camisea —dedujo—, el país habría tenido que importar “gran parte del consumo actual”.
Existen 43 TCF de recursos prospectivos, y que la cuenca Madre de Dios concentra el 50%. A pesar de ese potencial, “no existe ningún contrato de desarrollo en la zona” debido a restricciones ambientales y legales.
Sobre la demanda, explicó que el transporte, que concentra 43% del consumo final, sigue empujando la importación de diésel, lo que genera un déficit comercial anual de más de 8800 millones de dólares. La expansión del gas natural en hogares, industria y transporte avanza, pero falta más infraestructura: estaciones, ductos y redes regionales.
Cárdenas detalló que su sector trabaja en tres frentes normativos clave: primero, el nuevo reglamento para calificar interesados, con exigencias de solvencia e historial socioambiental. Segundo, la creación del IGASPE, un instrumento ambiental específico para exploración, evaluado en cuatro meses y con un proceso único de participación ciudadano. Y, tercero, la revisión del reglamento de exploración y explotación, incluyendo seguridad y operaciones en mar.
Además, anunció un plan nacional de ductos, en coordinación con ProInversión, que incluye infraestructura tanto en el sur como en el norte. Sobre distribución, insistió en lograr tarifas niveladas y adelantó que se evalúa una venta conjunta con Cálidda para extender el gas a siete regiones con precios similares a los de Lima.
La viceministra de Hidrocarburos ratificó que impulsarán la petroquímica, clave para fertilizantes y seguridad alimentaria, y que la transición energética será “justa”, basada en los recursos del país y enfocada en poblaciones vulnerables.