En el marco de una conversación especializada sobre seguridad minera y transformación digital, organizada por la Cámara de Comercio Perú-Chile y la empresa de tecnología Pignus, representantes de Minsur, Marcobre y Pignus compartieron sus visiones y avances en la incorporación de tecnologías emergentes, como la analítica avanzada, la automatización y la realidad virtual, en sus operaciones de alto riesgo.
Minsur, automatización para prevenir el error humano
Erik Jhonston, representante de Minsur, enfatizó el impacto positivo de la automatización en la mitigación del error humano, una de las principales causas de incidentes críticos. Bajo su sistema de gestión “Cero es posible”, la compañía ha trabajado para automatizar tareas de alto riesgo como el manejo de represas de relaves, reduciendo significativamente la exposición de los trabajadores a condiciones peligrosas.
“Somos conscientes de que, incluso con experiencia y entrenamiento, el factor humano puede fallar. Por eso hemos puesto énfasis en sacar al trabajador de situaciones críticas mediante el uso de tecnología, como el telemando de equipos o la supervisión remota”, señaló Jhonston. Asimismo, destacó que nuevas tecnologías de monitoreo en tiempo real han sido clave para controlar riesgos ergonómicos y ambientales.
Marcobre, infraestructura digital y analítica avanzada como pilares del cambio
Jimmy Bendezú, de Minera Marcobre, abordó los desafíos técnicos que aún enfrentan muchas operaciones, especialmente aquellas ubicadas en zonas remotas sin conectividad estable. Señaló que para adoptar tecnologías como la videoanalítica o los dispositivos de monitoreo biométrico, es fundamental contar con infraestructura tecnológica robusta.
“Antes de hablar de soluciones, tenemos que preguntarnos si nuestras operaciones están listas para recibirlas. Si no hay comunicación en tiempo real, será muy difícil implementar tecnologías que realmente aporten a la seguridad operacional”, explicó.
Marcobre ha comenzado a trabajar con pulseras inteligentes para monitorear el descanso de los conductores, y está explorando herramientas de pronóstico para anticipar conductas de riesgo. “Queremos que los datos nos ayuden a prevenir. Pero también estamos trabajando en la gobernanza y la calidad del dato, que es esencial para cualquier transformación real”, añadió Bendezú.
Pignus, realidad virtual con propósito para cambiar comportamientos
Felipe Sanhueza, CEO de Pignus, compartió su experiencia en la implementación de simulaciones con realidad virtual enfocadas no solo en aspectos técnicos, sino también en el desarrollo de competencias blandas como la toma de decisiones, la comunicación y el control emocional.
“El mayor valor de la realidad virtual es su capacidad para generar conciencia. No se trata solo de usar visores por moda, sino de crear experiencias inmersivas que identifiquen conductas peligrosas como la complacencia o el exceso de confianza, y que permitan intervenir antes de que ocurran incidentes”, explicó.
Sanhueza también destacó los desafíos culturales, especialmente en operaciones con poblaciones laborales mayores, donde la resistencia al cambio puede ser alta. Sin embargo, recalcó que cuando la tecnología se presenta con propósito y se conecta con la cultura organizacional, los resultados pueden ser transformadores.
Los panelistas coincidieron en que el liderazgo comprometido es esencial para que las tecnologías tengan un impacto real. “La tecnología sin propósito no transforma. Necesitamos líderes que impulsen el cambio, comuniquen claramente los objetivos y muestren con el ejemplo que la seguridad es innegociable”, concluyó Jhonston.