Víctor Gobitz Colchado lleva tres décadas coleccionando oblicuos cristales, huellas de animales que en un día muy pasado transitaron los continentes y hoy son fósiles, fantasmas de roca; minerales de formas diversas, como soldaditos, esperan ordenadamente a los visitantes para saludarlos con las etiquetas de sus confusos pero musicales nombres: lapislázuli, pirita, selenita y así. Una buena parte de su colección personal la muestra gentilmente, para el curioso, en el edificio de Gerens. Otra gran parte duerme en el sótano del edificio: cada vez que Gobitz consigue un ejemplar mejor, envío al cuarto oscuro al menos perfecto. Es parte de su filosofía geológica y su silenciosa constitución humana: dar lo mejor que tiene a los demás. Un tercer gran puñado lo disfruta en casa. Quizá sin decirlo, es su manera de comunicar y contagiar su pasión por las maravillas de los movimientos intestinales de la Tierra, de los misteriosos procesos digestivos del planeta. A diferencia de la mayoría de nosotros, su niño interior vive aún en su parque personal. Si le preguntas por el rumbo del país, se enfada (como todos); si le interrogas por la Geología, con mayúscula, una luz de luna llena le ilumina el rostro. Luna, en quechua, es también el nombre de su nuevo emprendimiento. Quilla Resources es ahora la actividad que ocupa el tiempo del empresario minero, y en este diálogo revela datos que no ha proporcionado a nadie aún. Y es porque le dijimos al inicio de estrecharnos las manos y darnos los buenos días que admiramos su colección.
Usted y su equipo convirtieron la minera Río Alto en una empresa valiosa con su depósito La Arena. Luego pasó por empresas como Milpo (hoy Nexa Resources), Buenaventura y en Antamina. Y ahora decide comenzar desde cero. ¿Es usted un aventurero, un emprendedor o un loco?
[Sonríe] Bueno, con respecto a Río Alto, quien lo lideró fue mi amigo Alex Black, y en efecto, todos los logros, lo recalco, siempre son colectivos y jamás individuales, al menos en minería.
Con respecto a este nuevo comienzo, debo reconocer que me gusta dedicar mi tiempo a diversas actividades en paralelo. He acumulado mucha experiencia, la vida es eso. En todas las empresas en las que he trabajado he hecho duraderas amistades; llevo conmigo gratificantes recuerdos de cada una de las empresas de las que he sido parte.
Mi partida de Antamina, a cuyos accionistas comuniqué mi personal deseo con dos años de anticipación de aceptar un nuevo reto, ha sido muy bien estudiado y parte de mi indesligable necesidad de buscar siempre nuevos desafíos, y ese es hoy Quilla Resources, compañía que desarrolla la mina Chapi, un yacimiento que conozco desde mi período profesional en Milpo, cuando era su gerente general.
En ese entonces tuvimos que tomar una decisión dado que el contexto lo exigía. Desde los altos cargos directivos, debemos siempre estar evaluando nuestro portafolio, y por aquel año, 2012, si no recuerdo mal, nuestro principal activo era la polimetálica Cerro Lindo, que requería nuestra… Puedes seguir leyendo esta entrevista aquí en nuestra edición 118.