Las intensas lluvias ocurridas entre el 11 y el 19 de febrero de 2025 provocaron una serie de eventos geodinámicos en 17 distritos de la provincia de Aymaraes, generando daños en viviendas, centros educativos, iglesias, carreteras, puentes, cultivos y piscigranjas. Así lo revela un informe técnico elaborado por especialistas del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) en dos brigadas de campo que evaluaron in situ la provincia.
Durante la semana de evaluación, la entidad identificó 50 eventos por peligros geológicos relacionados principalmente por movimientos de masa (huaycos, deslizamientos y derrumbes) y procesos geohidrológicos (erosión fluvial e inundaciones), que afectan directamente a las personas y a la infraestructura.
Entre los eventos más frecuentes destacan los flujos de detritos, conocidos popularmente como huaicos (25 casos), deslizamientos de tierra (6), derrumbes (2) y hundimientos del terreno (1). También se reportaron dos inundaciones fluviales y 13 lugares afectados por erosión fluvial como resultado del aumento de caudal de los ríos y el aporte de las quebradas.
¿Por qué ocurre esto?
La geología de la zona juega un papel clave. Aymaraes está formada por rocas sedimentarias e intrusivas muchas de ellas fracturadas y meteorizadas o desgastadas por el tiempo y el clima. Estas condiciones hacen que las laderas o taludes sean inestables, sobre todo al recibir grandes cantidades de agua por lluvias intensas de corta duración, o por las lluvias acumuladas de varios días.
Además, al estar compuesta gran parte del área por pendientes muy pronunciadas, facilita que el agua arrastre tierra, piedras y vegetación cuesta abajo, activando huaicos o deslizamientos.
Los distritos con mayor número de eventos fueron Chalhuanca (8 casos), Toraya (5), Tapairihua (5), Cotaruse (4) y Colcabamba (4). Todos ellos ocurrieron en solo una semana, entre el 17 y el 23 de febrero, mostrando la intensidad del impacto climático en un corto período.
¿Qué se puede hacer?
El informe del Ingemmet no solo describe las ocurrencias, también propone medidas para la mitigación del riesgo:
– Reubicar viviendas construidas cerca de ríos y quebradas, dentro de la franja marginal.
– Prohibir nuevas construcciones en zonas de riesgo.
– Limpiar y descolmatar periódicamente los cauces de ríos y quebradas.
– Construir defensas ribereñas, como gaviones (estructuras de piedras enrejadas) y muros de contención para proteger la infraestructura.
– Realizar charlas de sensibilización y concientización sobre el peligro al que se encuentran expuestos los pobladores de los distritos afectados.
– Evitar malas prácticas agrícolas, como el riego por inundación o el corte de taludes (pendientes), que pueden debilitar aún más el terreno.