Un jurado de Dakota del Norte, Estados Unidos, condenó a la ONG Greenpeace a indemnizar con más de US$ 660 millones a la empresa de oleoductos Energy Transfer, que la demandó por protestar en 2016 y 2017 contra la construcción de un oleoducto. Un importante movimiento de oposición había tenido lugar, con decenas de miles de manifestantes en apoyo del pueblo indígena sioux de Standing Rock.
El jurado impuso la multa citando cargos que incluyen allanamiento, molestias, conspiración y privación de acceso a la propiedad. “Nos gustaría dar las gracias al juez y al jurado por la increíble cantidad de tiempo y esfuerzo que dedicaron a este caso”, celebró Energy Transfer.
La ONG aseguró que recurrirá la sentencia. “No se puede llevar a la quiebra a un movimiento”, zanjó la directora ejecutiva interina de Greenpeace en Estados Unidos, Sushma Raman.
“Estamos presenciando un desolador regreso a la práctica imprudente que alimentó la crisis climática, profundizó el racismo ambiental y priorizó las ganancias de los combustibles fósiles por encima de la salud pública y un planeta habitable”, ha declarado Mads Christensen, director ejecutivo de Greenpeace International.
La tribu indígena sioux de Standing Rock y movimientos en pro del medioambiente como Greenpeace intentaron impedir la construcción de un tramo del ducto que, según los nativos, atraviesa lugares sagrados y amenaza sus fuentes de agua potable.