Los últimos indicadores de actividad económica peruana mostraron un persistente panorama negativo para la inversión privada, el empleo y el consumo, dijo el Instituto Peruano de Economía (IPE). En mayo, la economía marcó una caída de 1.4%, su tercer resultado negativo en el año y la peor tasa también del presente. Dicha caída se debió, principalmente, al desplome de la manufactura (-15.6%) y la construcción (-11.0%), así como a la menor producción agropecuaria (-6.2%) y pesquera (-70.6%) afectadas por fenómenos climáticos.
El desempeño desfavorable de estos sectores fue, parcialmente, compensado por el continuo avance de la minería (21.0%), producto de la recuperación de Las Bambas y la entrada de Quellaveco, dijo el IPE.
Hacia junio, los indicadores de la inversión privada también mostraron resultados negativos. El despacho local de cemento se contrajo en 13.5%, con lo que acumuló nueve meses en retroceso.
Por su lado, las expectativas de la economía a 3 meses mejoraron ligeramente en julio, recuperándose del deterioro observado el mes previo. Sin embargo, sumaron 28 meses consecutivos en terreno pesimista.
Sobre el mercado laboral, en el segundo trimestre, el empleo adecuado en Lima Metropolitana creció 5.5%, un ritmo ligeramente superior al del trimestre móvil previo (4.2%). Sin embargo, aún quedan por recuperar cerca de 150 mil puestos de trabajo adecuados para alcanzar los niveles prepandemia.
Por otro lado, el precio del pollo en centros de acopio de Lima Metropolitana volvió a incrementarse en julio, aumentando hasta los S/ 7.1 de un nivel promedio de S/ 6.0 en junio. Con ello, las ventas de pollo se redujeron a menos de 1,900 toneladas por día, 5.8% por debajo del volumen alcanzado en julio del 2022.
En tanto, la demanda de electricidad creció apenas 2.6% en julio, su menor ritmo en 14 meses, debido al menor consumo registrado por las unidades no mineras. Es más, si no se considerara el aporte de la actividad de Quellaveco, la demanda de electricidad se habría incrementado solo 1.0%.
La inversión pública cayó 15.6% en julio en términos reales. Este resultado se explicó, principalmente, por el menor gasto de los gobiernos subnacionales (-24.2%), debido a la dificultad que enfrentan las nuevas autoridades de ejecutar inversiones en su primer año de gobierno. Además, la inversión del Gobierno Nacional mostró una caída de 0.4%.