Una startup con sede en Australia está planeando una fábrica de 300 millones de dólares australianos (US$210 millones) para construir baterías de iones de litio sin materiales de China, ya que los fabricantes de automóviles y los servicios públicos buscan alternativas al productor dominante de la industria. Las baterías de Recharge no usarán cobalto o níquel y también evitarán cualquier material de Rusia. La compañía planea obtener sus materias primas de litio de minas australianas y sudamericanas y utilizar litio refinado de Australia y EE. UU.
Recharge Industries Pty tiene como objetivo comenzar la construcció en Geelong, en el sureste de Australia, en la segunda mitad de este año y comenzar la producción a fines de 2024, dijo el fundador David A. Collard en una entrevista con Bloomberg.
La operación tendrá una capacidad anual inicial de 2 gigavatios-hora, aumentando a un total planificado eventual de 30 gigavatios-hora, y tiene acuerdos de venta vigentes con proyectos de almacenamiento de energía de la India, dijo.
“Australia es la nueva Arabia Saudita de la nueva era energética”, dijo Collard, exsocio de PriceWaterhouseCoopers LLP. “Tenemos todos los minerales críticos clave para impulsar los próximos 100 años”. Actualmente, la nación tiene una cartera de 25,6 gigavatios-hora de proyectos de producción de baterías, según datos de BloombergNEF.
Naciones como EE. UU., Australia e India están presionando para expandir la capacidad de fabricación de energía limpia nacional para ayudar a alejarse de los combustibles fósiles, al mismo tiempo que intentan frenar su dependencia de las importaciones, particularmente de China.
La Ley de Reducción de la Inflación del presidente Joe Biden, que incluye generosos incentivos para la fabricación de energía solar, baterías y vehículos eléctricos, ha provocado una ola de anuncios de nuevas fábricas en EE. UU.
Australia es el mayor proveedor mundial de litio, un metal crítico para baterías, aunque actualmente envía la mayoría de sus materias primas para baterías a China para ser procesadas en componentes. La nación asiática tiene actualmente unos 1.000 gigavatios-hora de capacidad de fabricación de células, más del 80 % del total mundial, según datos compilados por BNEF.