
La Agencia Internacional de la Energía (IEA, en inglés) aprovecha la pandemia mundial para recordarle al mundo entero lo esencial que es que los sistemas eléctricos y sus fuentes operen sin interrupciones. “La gran interrupción causada por la crisis del coronavirus ha resaltado cuánto dependen las sociedades modernas de la electricidad”, escribe Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA.
“Millones de personas ahora están confinadas en sus hogares, recurriendo al teletrabajo para realizar sus labores, sitios de comercio electrónico para hacer sus compras y plataformas de transmisión de video para encontrar entretenimiento. Un suministro de electricidad confiable respalda todos estos servicios, además de alimentar los dispositivos que la mayoría de nosotros damos por sentado, como refrigeradores, lavadoras y bombillas”, recuerda Birol para que, superada la crisis, el mundo entienda que hay industrias sustancialmente importantes.
En muchos países, la electricidad es crítica para operar los ventiladores y otros equipos médicos en los hospitales que atienden el creciente número de personas enfermas. En una situación tan inquietante y de rápida evolución, la electricidad también garantiza la comunicación oportuna de información importante entre gobiernos y ciudadanos, y entre médicos y pacientes. “Estos servicios no deben darse por sentados”, dice Birol.
En África, cientos de millones de personas viven sin acceso a la electricidad, lo que las hace mucho más vulnerables a las enfermedades y otros peligros. “La crisis del coronavirus nos recuerda el papel indispensable de la electricidad en nuestras vidas”, refirió en su sentida carta la máxima autoridad de la IEA.
En la mayoría de las economías que han tomado fuertes medidas de confinamiento en respuesta al coronavirus, la demanda de electricidad ha disminuido alrededor de un 15%, en gran parte como resultado de que las fábricas y las empresas detuvieron sus operaciones. indica la IEA.
“Las redes eléctricas son la columna vertebral de los sistemas de energía actuales y se vuelven aún más importantes en las transiciones de energía limpia”, dice asertivamente Fatih Birol en su extensa columna hecha pública.
A pesar del uso creciente de las tecnologías digitales en los sistemas eléctricos, la crisis del coronavirus también nos recuerda el papel esencial del personal calificado. El mantenimiento y la reparación de la red -refresca Faith Birol- requiere mucha mano de obra y deben ser realizados en el sitio por trabajadores e ingenieros. En la mayoría de los países, los gobiernos han exento a los equipos de reparación de redes de los bloqueos. Y añade: “Una lección clave de la crisis actual es asegurarse de que los sistemas eléctricos tengan suficientes recursos no solo de activos físicos sino también de capital humano”.
Faith Birol acaba su artículo lanzando una flecha: “Los gobiernos se centran correctamente en la emergencia inmediata de salud pública, pero deben permanecer atentos a la seguridad eléctrica y salvaguardar los activos vitales en medio de la extrema volatilidad en los mercados. En estos tiempos extraordinarios, podemos gestionar sin muchas cosas, pero no podemos administrar sin electricidad”.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)