De acuerdo con Álvaro Ossio, CFO de MMG Las Bambas, desde el 11 de marzo pasado, la empresa minera opera ininterrumpidamente con el transporte de cobre concentrado, insumos y personal; no obstante, como consecuencia de los conflictos sociales ocurridos alrededor de su zona de operaciones, ha acumulado 68 días de bloqueos en lo que va del presente año, 173 días de bloqueos en 2022 y 661 días de bloqueos desde que inició operaciones en 2016.
“Cada día de exportación perdida representa US$ 9.5 millones, eso en recaudación son S/ 5.2 millones entre regalías e impuesto a la renta. Más de la mitad del total recaudado, es decir S/ 3.2 millones, se distribuye entre el gobierno regional, municipios locales y dos universidades. Con Las Bambas paralizada, pierde la empresa, las comunidades y el Estado”, enfatizó en Rumbo a PERUMIN, donde se abordó los desafíos de la gestión de la conflictividad social.
En palabras suyas, el 2022 fue el año de menor producción de Las Bambas, ya que produjo 254 mil toneladas de cobre concentrado, volumen 45% menor a la producción promedio de 400 mil toneladas; habiendo sido determinante para que el PBI de Apurímac disminuyese en 7.4 puntos porcentuales, considerada la caída más alta a nivel de todas las economías regionales del Perú; y ocasionando que el PBI de la región se ubique 15% por debajo del nivel prepandemia.
“Luego de que nuestras actividades comenzasen hace 6 años, Apurímac experimentó un crecimiento del PBI de 141% y se posicionó entre los 8 primeros departamentos con mayor PBI per cápita, siendo cuatro veces mayor al presupuesto público per cápita en comparación con el resto del país. Con todo ello, somos testigos del impacto beneficioso del sector minero, pero también de los golpes contraproducentes de los conflictos sociales”, reflexionó el ejecutivo.
Pese a la paralización de sus operaciones en todo este tiempo, Álvaro Ossio destacó que, a la fecha, Las Bambas contribuyó con más S/ 1,740 millones en regalías y más de S/ 6,800 millones en impuestos, creó puestos de trabajo directo e indirecto para 8,800 personas, benefició a más de 75,000 personas de forma inducida, compró por más de S/ 1,500 millones en bienes y servicios producidos en Apurímac y Cusco, y por más de S/ 4,100 millones en todo el país.
“Dentro de la cartera de proyectos mineros con una inversión conjunta de US$ 53,000 millones, resalta el proyecto Chalcobamba, que es nuestro segundo tajo, el cual se encuentra listo para ser explotado y con ello recuperar niveles de producción cercanos a las 400 mil toneladas de cobre concentrado. Sin embargo, no se puede poner en marcha hoy en día por un problema de invasión ilegal en nuestras concesiones, que esperamos pueda ser resuelto pronto”, precisó.
Finalmente, el CFO de Las Bambas arguyó que, si bien obras por impuestos y programas de fortalecimiento productivo son buenas herramientas para contribuir al desarrollo sostenible de las comunidades, no resultan suficientes para garantizar la correcta ejecución del presupuesto público local financiado en gran parte con las transferencias mineras, más aún cuando se tienen autoridades con poca capacidad para manejar estos fondos o proclives a la corrupción.
“Obras por impuestos y programas son importantes, pero no basta con ellos. Es necesario mejorar la gestión de esos fondos que se recaudan de las regalías y el canon minero. Esa mejora de gestión debe darse a través de la participación del sector privado, de las empresas mineras. Claramente, es la única forma de hacer un uso eficiente, mejorar la calidad de vida y reducir las brechas. Porque de desarrollarse esa cartera de inversiones, el beneficio es enorme”, dijo.