En noviembre, el crecimiento de la economía nacional fue de 1.7%, un ritmo menor al del mes previo (2.0%) y casi la mitad en relación con el crecimiento del primer semestre del 2022 (3.5%). La cifra de noviembre se explica, principalmente, por el menor dinamismo de la pesca, manufactura y el agro, lo cual contrarrestó la mayor actividad minera y de servicios, según el ‘Termómetro económico’ de febrero del Instituto Peruano de Economía (IPE).
La actividad minera, en tanto, se expandió 11.1% en diciembre, su mayor ritmo de crecimiento desde hace 15 meses. Este resultado se debió, principalmente, a los mayores volúmenes de cobre (+19.2%) por el aumento de la producción de Quellaveco. Sin embargo, dicho impulso no logró compensar la paralización de minas producto de conflictos sociales. Esto significó que la actividad minera se contrajera 0.3% en promedio durante el 2022.
Respecto a los indicadores de la inversión privada, el despacho local de cemento se contrajo 3.6% en diciembre, anotando su tercer mes consecutivo de caída.
También, en este contexto, las expectativas de la economía a 3 meses (otro indicador clave de la inversión privada) mejoró en diciembre, pero acumula 21 meses consecutivos en terreno pesimista.
De otro lado, siempre según el IPE, el volumen de importaciones de bienes de capital creció 2.5% en noviembre, principalmente, por la mayor compra de maquinaria destinada a electricidad y manufactura.
Por su parte, el mercado laboral en Lima Metropolitana ha mostrado una recuperación, pero a un ritmo lento y a costa de una mayor precarización. En el 2022, el empleo adecuado en la capital se ubicó 9.5% por debajo del nivel prepandemia, lo que implica que restan más de 300 mil puestos de trabajo adecuados por recuperar.
Sobre el consumo de los hogares, la venta de pollo en los centros de acopio de Lima Metropolitana alcanzó las 2,054 toneladas diarias en enero, aumentando 3.4% respecto al mismo mes del año pasado. Este incremento se dio pese a que el precio aumentó de S/5.6 por kg en enero de 2022 a S/5.8 en enero pasado.
Por su lado, la demanda de electricidad creció 4.4% en enero, desacelerándose respecto al mes previo (7.0%). Ello se explicaría, en parte, por la menor actividad de las minas afectadas por las protestas, como Antapaccay y San Rafael, donde el consumo de electricidad se redujo en 8.2% y 34.3%, respectivamente.
Por último, la inversión pública aumentó 1.9% en enero, en términos reales, un ritmo significativamente menor al del mes previo (+10.0%). Este resultado se debe a la fuerte caída de la inversión de los gobiernos subnacionales (-52.6%), en línea con la entrada de las nuevas autoridades regionales y locales. Dicha caída fue contrarrestada por la mayor inversión del Gobierno Nacional (44.8%). Sin embargo, el incremento de la inversión pública del Gobierno podría haber sido apenas 27.3% sin la Reconstrucción con Cambios, ejecutada vía Gobierno a Gobierno.