Estados Unidos buscará acuerdos con ocho países aliados como parte de un nuevo esfuerzo para fortalecer las cadenas de suministro de chips informáticos y minerales críticos necesarios para la tecnología de inteligencia artificial, dijo el principal funcionario del Departamento de Estado para Asuntos Económicos, según un despacho de Bloomberg.
La iniciativa, que se basa en esfuerzos que se remontan a la primera administración Trump, se desarrolla en un momento en que Estados Unidos busca reducir su dependencia de China. Comenzará con una reunión en la Casa Blanca el 12 de diciembre entre Estados Unidos y sus homólogos de Japón, Corea del Sur, Singapur, Países Bajos, Reino Unido, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Australia, según declaró Jacob Helberg, subsecretario de Estado para Asuntos Económicos, en una entrevista.
Helberg, ex asesor de Palantir Technologies Inc., dijo que la cumbre se centrará en alcanzar acuerdos en las áreas de energía, minerales críticos, semiconductores de fabricación avanzada, infraestructura de IA y logística de transporte.
Helberg afirmó que los países fueron elegidos por razones que abarcan desde albergar algunas de las empresas de semiconductores más importantes hasta sus recursos minerales críticos.
“Está claro que, en la actualidad, en IA, la competencia es entre dos: Estados Unidos y China”, declaró Helberg. “Queremos tener una relación positiva y estable con China, pero también estamos listos para competir y queremos asegurarnos de que nuestras empresas puedan seguir desarrollando tecnologías transformadoras sin estar sujetas a dependencias coercitivas”.
La iniciativa de Helberg se basa en años de esfuerzos en las cadenas de suministro de minerales críticos por parte de administraciones anteriores, principalmente destinados a ayudar a reducir la dependencia occidental de China.
Durante la primera administración Trump, el Departamento de Estado lanzó la Iniciativa de Gobernanza de los Recursos Energéticos de EE. UU. con el objetivo de asegurar las cadenas de suministro de minerales críticos como el litio y el cobalto. La administración Biden lanzó una Alianza para la Seguridad de los Minerales que buscaba canalizar la inversión extranjera y la experiencia occidental hacia los sectores mineros de los países en desarrollo.