En el segundo trimestre de 2025 el Perú alcanzó un superávit fiscal de 0.7 % del PBI, el primero tras ocho trimestres consecutivos en déficit, dijo el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). La última vez que se reportó un superávit fue en el segundo trimestre de 2023 (0.4 % del PBI). “Este resultado positivo responde al sólido crecimiento de los ingresos tributarios, que se incrementaron en 14.6 % real, el mayor avance registrado desde el tercer trimestre de 2022”, dijo la entidad.
Merced a este desempeño, el déficit fiscal anual acumulado continuó su senda decreciente, ubicándose en 2.6 % del PBI al cierre de junio de 2025, lo que representa una mejora de 1 punto porcentual respecto a enero del mismo año (3.6 % del PBI).
“El resultado fiscal de este segundo trimestre reafirma la solidez de nuestras cuentas públicas y la efectividad de una política fiscal responsable. Estamos cumpliendo con la reducción del déficit sin afectar la inversión pública ni los servicios esenciales, lo que nos permite sostener el crecimiento y dar confianza al país”, señaló el ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes.

La mejora del balance fiscal obedece, principalmente, al crecimiento de los ingresos del Gobierno General, que alcanzaron el 19.3 % del PBI al primer semestre del año, el nivel más alto de los últimos 17 meses. Este desempeño se vio respaldado por una mayor recaudación tributaria, impulsada por el crecimiento de la actividad económica que acumuló una expansión de 3.1 % real entre enero y mayo de 2025.
Para el segundo semestre del año, se proyecta que el déficit fiscal continúe su trayectoria descendente, ubicándose por debajo del tope fijado por la regla fiscal, apoyado en el sostenido crecimiento de los ingresos fiscales y la recuperación de la economía.
Asimismo, se espera que el déficit fiscal continúe reduciéndose de manera gradual en los próximos años, hasta alcanzar el 1% del PBI en 2028, en línea con la regla fiscal de mediano plazo, dijo el MEF. Este ajuste contribuirá también a que la deuda pública siga disminuyendo progresivamente y converja hacia su límite máximo de 30 % del PBI al año 2035, según lo establece la regla de sostenibilidad de la deuda.