La falta de decisión política, trabas regulatorias y el miedo institucional están retrasando la llegada del gas natural a regiones como Cusco, coincidieron los panelistas del foro “Destrabe de inversiones en hidrocarburos – Shock desregulatorio”, realizado como parte del ciclo de conferencias sobre el desarrollo energético en el sur del país. La sesión reunió voces clave del sector público, privado y gremial, quienes coincidieron en la urgencia de reformar marcos normativos y generar condiciones que viabilicen la masificación del gas.
La discusión fue iniciada por José Santoyo, presidente de la Cámara de Comercio de Cusco, quien alertó que la ausencia de gas natural ha costado a las familias cusqueñas más de S/ 2,200 millones en los últimos 20 años, obligadas a depender de combustibles más caros como el GLP. En ese sentido, destacó la importancia de proyectos como el gasoducto costero propuesto por TGP, que no solo elevaría el acceso energético en la región, sino que también incrementaría en 20% los ingresos por canon.
“El proyecto Siete Regiones debe aprobarse ya. No podemos seguir esperando una obra técnicamente inviable como el gasoducto sur andino”, sostuvo Santoyo, quien enfatizó que la desregulación inteligente debe enfocarse tanto en distribución como en destrabar grandes proyectos estratégicos.
Desde el gremio de hidrocarburos, Raúl García, gerente del sector en la SNMPE, subrayó que la política energética del país, vigente desde 2010, está desfasada frente a la realidad actual de brechas energéticas y baja seguridad de suministro. “Se deben establecer nuevas medidas para incentivar la exploración, revisar la Ley Orgánica de Hidrocarburos y, sobre todo, mejorar la permisología, cuyos plazos y complejidades desalientan las inversiones”, agregó.
Actualmente, el Perú solo produce 45 mil barriles diarios frente a una demanda de 250 mil. Para García, el desequilibrio refleja una falta de incentivos contractuales y tributarios para el desarrollo de nuevos proyectos.
A su turno, Luis Fernández, socio director de Gas Energy Latin America, planteó un escenario preocupante a nivel regional. Bolivia, principal proveedor de gas del continente en décadas recientes, “ya no tiene gasolina ni diésel ni dólares para importarlos”, alertó. Su colapso proyectado en menos de cinco años debe motivar acciones concretas en Perú, tanto en exploración como en infraestructura de distribución.
“El proyecto Siete Regiones no necesita mayor destrabe técnico. Lo que necesita es valentía política. Tres años esperando una decisión no es un problema de viabilidad: es un problema de funcionarios temerosos”, advirtió. Según Fernández, el miedo del funcionario público a ser denunciado o cuestionado sin fundamento técnico es hoy una de las trabas más grandes para destrabar inversiones en el país.
El panel fue moderado por Víctor López, decano del Consejo Departamental Cusco del Colegio de Ingenieros del Perú, quien hizo un llamado a alinear la visión del Estado, el sector privado y la academia para superar el estancamiento actual. “No podemos seguir dejando que el miedo paralice decisiones estratégicas. Se necesita una política energética que vea al gas natural como un derecho de desarrollo para las regiones del sur”, concluyó.