En un reciente comunicado de su directorio, la estatal Petroperú admite que necesita más de US$2,000 millones para sanear sus finanzas. “Las condiciones financieras de la empresa requieren espaldas financieras anchas provenientes de su accionista, que en el caso de Petroperú es el Estado peruano, es decir, con los recursos de todos los peruanos. Los últimos cálculos indican que se requiere de US$ 2,200 millones adicionales”, admitió la empresa.
Ahora bien, a renglón seguido, la compañía sostiene que “en las actuales circunstancias” sería “irresponsable y un acto de inmoralidad solicitar mayor financiamiento del Estado, ya que nada asegura que la empresa no retorne en el futuro cercano a solicitar más apoyo estatal, en desmedro de la caja fiscal y el bolsillo de los contribuyentes peruanos”.
Con todo, el directorio de Petroperú considera que “una gestión privada en la gestión de la empresa es la mejor opción para lograr el regreso a la autosostenibilidad financiera”. Y añade: “Hemos planteado nuestro pedido de autonomía en la gestión privada de Petroperú ante la Junta General de Accionistas, así como ante el Gobierno y estamos a la espera de una definición que, en caso sea afirmativa, nos permitirá continuar con una gestión que creemos puede y debe ser cumplida en beneficio del Perú”.
Petroperú opera con limitado crecimiento de ingresos y baja rentabilidad como lo demuestran las cifras de ventas y pérdidas proyectadas al 2024. Además, tiene una pérdida de su posición competitiva habiendo cedido cuota de mercado de 51% a 25% y acusa un serio deterioro de la posición de liquidez, capital de trabajo, solvencia (pasivo/patrimonio) e indicadores de rentabilidad.