El oro se encaminaba a su primera ganancia anual en tres años, ya que los inversores duplicaron sus apuestas de que la Reserva Federal comenzará a relajar su postura restrictiva de política monetaria en 2024. El oro mantiene su posición por encima de los US$2,000, marcando su mejor año desde 2020.
Los lingotes, según reciente despacho de Bloomberg, fluctuaron en el último día de negociación de 2023, lo que los encamina a terminar el año con un alza de aproximadamente un 13%.
El metal precioso suele tener una relación invertida con las tasas de interés: cuanto más bajan las tasas, más sube el oro. El movimiento de precios de este año ha estado dictado en gran medida por cambios de opinión sobre los próximos pasos de la Reserva Federal en materia de tasas de interés.
Desde octubre ha habido una expectativa creciente de que la Fed girará hacia la flexibilización monetaria en 2024 a medida que la inflación disminuya y el mercado laboral estadounidense se enfríe.
Las preocupaciones en torno a los riesgos de recesión también impulsan los argumentos a favor de adquirir deuda, y los operadores apuestan a que los banqueros centrales globales podrían tener que recortar agresivamente las tasas para impulsar el crecimiento.
El oro también se ha visto respaldado por factores como la incertidumbre geopolítica, ya que el 41% de la población mundial acudirá a las urnas en 2024.